Rebajan a 35 años la pena al acusado de agresión sexual a su expareja, que reconoce los hechos
La vícitma dice que accedió por las amenazas que recibía pero los encuentros eran «forzados: Se me veía en la cara, se me saltaban las lágrimas»
El acusado de coaccionar a su expareja y mantener relaciones sexuales con ella sin su consentimiento ha reconocido este jueves los hechos en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Cantabria, en el que la fiscal ha rebajado de más de 40 años a 35 años y siete meses la pena de cárcel solicitada por violencia de género y agresión sexual, petición a la que se han adherido la acusación particular y la defensa.
En la vista oral contra el procesado, también por incumplir una orden de alejamiento sobre la víctima, ha declarado esta última, que ha explicado que accedió a los encuentros porque el implicado la amenazaba con pegar a su nuevo novio, pero ha asegurado que fueron «forzados» y «él era consciente, se me veía en la cara».
«A mí se me saltaban las lágrimas cuando me penetraba: él lo estaba viendo y le daba igual», ha manifestado durante el interrogatorio de las partes, que han renunciado a algunos testigos al confesarse culpable el acusado -de 33 años de edad- y haber conformidad sobre las penas a imponerle.
Así, en la sesión, desarrollada en la Sección Tercera de la AP, la representante del ministerio público ha mantenido la calificación jurídica de los hechos enjuiciados, pero ha modificado las peticiones de condena.
De este modo, ha interesado 27 años de prisión por tres delitos de agresión sexual consumados -9 años por cada uno-, 4 por otro en grado de tentativa, y 2 años más por uno de maltrato habitual; además de 22 meses por dos delitos continuados de coacciones -11 meses por cada uno- y 9 meses más por otro de coacciones, con lo que la petición total baja de más de 40 años de prisión a 35 años y siete meses.
Aunque se ha confesado culpable y ha reconocido los hechos en términos generales, el acusado ha dicho no recordar algunos detalles preguntados por la Fiscalía, pero ha manifestado que su exnovia «nunca dijo que no» a la hora de mantener relaciones sexuales tras sus amenazas.
Por lo demás, y de cara al cumplimiento de la condena que se le imponga cuando se dicte sentencia, ha pedido continuar en el centro penitenciario de Villabona, en Asturias, donde se encuentra internado para seguir con el tratamiento de rehabilitación por consumo de drogas, extremo que ha pedido durante su declaración y en el ejercicio del derecho a la última palabra.
(Habrá ampliación)