Rusia tilda de «inaceptables» los llamamientos a manifestarse este sábado por la detención de Alexei Navalni
La Presidencia de Rusia ha tildado este viernes de «inaceptables» los llamamientos a participar en protestas este sábado por la detención del destacado opositor Alexei Navalni tras su llegada durante el pasado fin de semana al país tras recuperarse en Alemania del supuesto envenenamiento que sufrió en agosto de 2020.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha destacado que «es natural que se produzcan advertencias sobre posibles consecuencias asociadas con el incumplimiento de la ley» ante las protestas, que no han recibido autorización por parte de las autoridades del país euroasiático.
Asimismo, ha criticado que en estas manifestaciones participen menores de edad, después de que el Ministerio del Interior afirmara el jueves que la Policía actuará para garantizar el orden durante la jornada, tal y como ha informado la agencia rusa de noticias Sputnik.
«Tenemos todas las bases legales para adoptar acciones administrativas contra los que están convocando (las protestas) en persona, a través de redes sociales y enviando textos, antes de que el evento tenga lugar», dijo el viceministro del Interior, Alexander Gorovoi, según la agencia TASS.
El propio Peskov resaltó el martes que el Kremlin «no tiene miedo» ante las protestas, convocadas después de que un tribunal del país dictara 30 días de prisión preventiva contra el opositor. Sin embargo, describió como «alarmante» la convocatoria de protestas por parte de Navalni.
Tras la decisión del tribunal, el propio Navalni pidió a través de un vídeo difundido en redes sociales que sus seguidores salgan a la calle a manifestarse contra el Gobierno. «No tengáis miedo. Salid a la calle. No por mí sino por vosotros mismos en un futuro», dijo.
Navalni se desplomó en un vuelo interno el pasado 20 de agosto y fue posteriormente trasladado en avión a Berlín para recibir tratamiento. La Unión Europea impuso en octubre sanciones contra varios altos funcionarios próximos al presidente ruso después de que laboratorios de Alemania, Francia y Suecia determinaran que Navalni había sido envenenado con un agente químico nervioso desarrollado por los soviéticos conocido como Novichok.
El destacado opositor ruso denunció que el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia, la principal agencia sucesora de la KGB soviética, fue directamente responsable de su intento de asesinato, una versión que ha sido rechazada en todo momento desde Moscú.