Las ayudas a rehabilitación en edificios podrán ser de hasta el 75%
El Gobierno destina 8,9 millones a actuaciones de Rehabilitación Energética en Edificios (PREE)
El Gobierno de Cantabria destinará este año 8.927.000 euros a la rehabilitación de viviendas y también a edificios con usos no residenciales, lo que supone 3,9 millones más que en 2019; una financiación adicional que permitirá un aumento de las ayudas de hasta el 75%.
Por ejemplo, una actuación sobre la envolvente térmica podrá contar con un 40% aportación del Gobierno de Cantabria, y el 35% restante por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), cuyas subvenciones ahora pasan a ser tramitadas por la Dirección General de Vivienda.
Así lo han anunciado hoy en rueda de prensa la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Ana Belén Álvarez, y la directora general de Vivienda, Eugenia Gómez de Diego, que han presentado el Programa de ayudas para actuaciones de Rehabilitación Energética en Edificios (PREE), que estiman que en 2021 podría tener unos 1.200 beneficiarios.
Álvarez ha destacado que a los cinco millones de euros de dotación del ejercicio anterior, se suman ahora 3.927.000 euros, con los que se pretende dar un «salto cualitativo y cuantitativo clave para la recuperación económica y para seguir avanzando en la mejora de la eficiencia energética del parque edificado».
Esta financiación adicional va a suponer un aumento de las ayudas de hasta el 75% puesto que son compatibles con las ordinarias de rehabilitación.
Este nuevo paquete de ayudas está incluido en el PREE, cofinanciables por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, y está destinado a actuaciones que permitan reducir el consumo de energía final y las emisiones de dióxido de carbono con el aprovechamiento de las energías renovables como la biomasa.
Pueden acogerse personas físicas propietarias de edificios, comunidades de propietarios, empresas y autónomos, entidades sin ánimo de lucro y asociaciones, entidades locales y del sector público y arrendatarios de edificios.
Se trata de ayudas de concesión directa: una vez presentada la solicitud con la documentación, si se cumplen los requisitos, se concede. Y se resolverán por orden de presentación hasta agotar el presupuesto, si bien éste se podrá ampliar tanto con nuevas asignaciones del Fondo de Eficiencia Energética como de otros instrumentos de financiación que adjudiquen partidas al IDAE o por fondos europeos.
El plazo de presentación de solicitudes finaliza el 31 de julio y hay un plazo de ejecución de las obras de 18 meses.
Las actuaciones subvencionables corresponden a tres tipologías como son mejora de la envolvente térmica del edificio; uso de energías renovables en las instalaciones térmicas –calefacción, climatización, refrigeración, ventilación y agua caliente sanitaria–; y mejora en la eficiencia energética de las instalaciones de iluminación.
Las actuaciones deberán realizarse sobre un edificio de viviendas o con uso diferente al de vivienda, como pueden ser el sanitario, administrativo, docente o cultural.
En todos los casos, los solicitantes deberán acreditar que la rehabilitación mejorará la calificación energética total del edificio en, al menos, una letra medida en la escala de emisiones de dióxido de carbono con respecto a la calificación energética inicial del edificio.
Además, los consumidores acreditados como vulnerables y que sean beneficiarios del bono social verán incrementados los porcentajes de ayuda en un 15%. Así, por ejemplo, una actuación sobre una envolvente podría contar una subvención del 50% del coste.
De igual modo, se aplica un 15% de mejora en el porcentaje de ayudas para las actuaciones que se realicen en edificios de viviendas que se encuentren acogidos a algún régimen de protección pública y aquellos que se ubiquen en Áreas de Regeneración y Renovación Urbanas.
Además, estas ayudas pretenden ser un incentivo a la eficiencia energética pues, a mayor mejora de la eficiencia, mayor porcentaje de subvención.
Se establece una mejora para las solicitudes que eleven la calificación energética del edificio hasta la etiqueta energética A ó B, en la escala de CO2, o bien, incrementen en dos letras la calificación energética de partida.
Si se alcanza la clase A, la mejora es del 15%; será del 10% en el caso de llegar a la letra B; y del 5%, si el incremento es de dos letras respecto a la situación de partida.
En esta misma línea, también se incentivan las actuaciones integradas, es decir, aquellas que acometan mejora en dos o más tipologías. En este caso, la mejora sobre el porcentaje inicial será del 20%.
Para acceder a ella, una de las mejoras debe ser sobre la envolvente térmica y ha de suponer una disminución mínima de la demanda global de calefacción y refrigeración del 30%; y la medida tiene que combinarse con otra actuación sobre la instalación térmica que suponga, al menos, la sustitución del 60% de la potencia de generación térmica existente o, en el caso de los edificios de uso diferente a la vivienda, con mejoras sobre la iluminación que impliquen un ahorro del 25% por ese concepto.