Japón prevé prohibir la venta de coches de gasolina en 2030 en su camino hacia la neutralidad de carbono
En su camino para conseguir la neutralidad de carbono, Japón se ha comprometido a prohibir la venta de vehículos nuevos que sólo funcionen con gasolina en la década de 2030, como muy tarde, además de una batería de medidas adicionales con el objetivo puesto en llegar a la meta de reducir a cero las emisiones netas de dióxido de carbono para 2050 para luchar contra la crisis climática.
Esto se enmarca en el contexto de «estrategia de crecimiento verde» definida por el Gobierno, enfocada en la descarbonización y electrificación de la sociedad, que se ha presentado este viernes, y que incluye 14 áreas clave, incluido el hidrógeno como fuente de energía y el reciclaje de carbono.
Para lograr este objetivo, la Administración se ha comprometido también a apoyar al sector privado, y según sus previsiones, la estrategia de crecimiento que plantea generaría alrededor de 90.000 millones de yenes(unos 715 millones de euros) en 2030 y 190.000 millones de yenes(unos 1.510 millones de euros) en 2050.
En este sentido, el secretario jefe del gabinete de Gobierno, Katsunobu Kato, ha explicado que «la era en la que lidiar con el calentamiento global se considera una restricción al crecimiento económico ha llegado a su fin», según declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias Kyodo.
«Ahora es el momento en que lo consideramos como una oportunidad de crecimiento», ha añadido.
Además, han detallado que el plan incluye el compromiso de prohibir los coches que sólo funcionen con gasolina como muy tarde en la década de 2030 para promover vehículos eléctricos y otros que sean más ecológicos, así como la instalación de más estaciones de carga que permitan e incentiven la compra de coches eléctricos.
Entre los puntos a los que se ha comprometido el Gobierno nipón destaca el incremento a 10 gigavatios en 2030 y a 45 gigavatios en 2040 de la energía eólica marina, y alternativas para compensar los gases de efecto invernadero generados a través de tecnologías como la mezcla de dióxido de carbono con hormigón.