El hambre y las enfermedades amenazan a 250.000 niños en el norte de Mozambique
El arranque de la temporada de lluvias y la escalada de violencia en el norte de Mozambique amenazan con provocar desnutrición y enfermedades mortales en los alrededor de 250.000 niños que han tenido que abandonar sus hogares, especialmente por la falta de agua potable, saneamiento e higiene, ha alertado este martes el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).
El incremento de las acciones del grupo terrorista Estado Islámico en África Central (ISCA) deja ya más de medio millón de desplazados internos, de los cuales alrededor de la mitad son niños. Muchas de las familias han recalado en centros de alojamiento temporal masificados o en comunidades de acogida donde los servicios básicos escasean.
La directora de UNICEF, Henrietta Fore, ha lamentado que esta nueva escalada se suma a «un ciclón devastador, inundaciones, sequías y dificultades socioeconómicas relacionadas con el conflicto y la pandemia de COVID-19».
«A medida que las condiciones en la provincia se van deteriorando, y más ahora que empieza la temporada de lluvias, crece la presión sobre los sistemas de agua, saneamiento y atención médica», ha dicho Fore, que por este motivo ha pedido más colaboración de los «aliados humanitarios».
La falta de un adecuado saneamiento puede provocar casos de cólera o diarrea, una enfermedad esta última que se puede prevenir y tratar con facilidad pero que puede llegar a ser mortal, especialmente para los niños que sufren carencias alimentarias.
Durante los últimos dos años, los desastres relacionados con el clima y el conflicto han contribuido a la inseguridad alimentaria y el hambre en todo Cabo Delgado. Dos de cada cinco niños de la provincia padecen desnutrición crónica y se están detectando más casos de desnutrición aguda grave entre la población desplazada.
UNICEF, que ha ampliado su respuesta en la zona para mejorar la asistencia de estos menores, ha recordado que algunos de estos niños han huido solos de la violencia y pueden haber sido testigos o incluso sufrido en carne propia situaciones extremas, por lo que también necesitan apoyo psicosocial.
La agencia de la ONU ha solicitado 52,8 millones de dólares (43,2 millones de euros) para responder a las necesidades humanitarias más urgentes en Mozambique. De esta cantidad, 30 millones están destinadas al Plan de Respuesta Humanitaria para Cabo Delgado, epicentro de la violencia en los últimos meses.