Retiran de la cripta del Capitolio de EEUU la estatua del general confederado Robert E. Lee
La estatua de bronce del general confederado Robert E. Lee ha sido retirada este lunes de la cripta del Capitolio en Washington, en la que se exhibía tras ser donada por Virginia en 1909, y será reubicada en el Museo de Historia y Cultura de ese estado.
En su lugar, se espera que la estatua de Lee sea reemplazada por la de la adolescente afroamericana de 16 años Barbara Johns, quien en 1951 dirigió una huelga estudiantil en Farmville, Virginia, en protesta por la educación desigual por cuestiones raciales.
«La estatua de Robert E. Lee honra un legado de división, opresión y racismo, un período oscuro en la historia de nuestro estado y nuestro país», ha manifestado en una declaración conjunta los representantes demócratas Donald McEachin y Jennifer Wexton.
«No hay razón para que su estatua sea una de las dos que representan a Virginia en el Capitolio de Estados Unidos», aseguran. La otra escultura representa al primer presidente de Estados Unidos, George Washington.
El homenaje a Johns deberá contar antes con la aprobación de la Asamblea General de Virginia, previo encargo a un escultor para su talla. En caso de que sea avalada la propuesta, la joven estudiante se convertirá en la primera estatua de una menor de edad y una de las pocas que representan a mujeres dentro de esta colección.
La joven lideró a unos 450 compañeros en una huelga de dos semanas para protestar por las condiciones de desigualdad contra los estudiantes afroamericanos. La Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) presentó una demanda en nombre de los estudiantes, exigiendo su incorporación al sistema escolar.
«Johns luchó precisamente por aquello contra lo que luchó Lee: la igualdad de todas las personas. Y el arco de esta historia muestra como una joven los guió y como los líderes pueden fallar en comprender las verdades morales básicas», ha expresado el senador demócrata de Virginia Tim Kaine.
RACISMO EN ESTADOS UNIDOS
Después de las protestas y los violentos disturbios que ocasionaron las últimas muertes de ciudadanos afroamericanos a causa de la violencia policial, entre ellas la de George Floyd, parte de la sociedad civil y política estadounidense ha llevado a cabo una suerte de revisión del pasado racista del país.
La presidenta demócrata de la Cámara de representantes, Nancy Pelosi, quien ya solicitó la retirada de las estatuas que homenajean a personalidades del sur confederado, ha recordado también este lunes en un comunicado que el nuevo proyecto legislativo de Autorización de la Defensa Nacional contempla el cambio de nombres de las bases militares que les rinden honor, uno de los motivos por los cuales el presidente, Donald Trump, ya anunció que vetaría la propuesta.
«El Congreso continuará trabajando para librar al Capitolio de los homenajes al odio, mientras luchamos para terminar con el flagelo del racismo en nuestro país. No hay lugar para celebrar el fanatismo de la Confederación en el Capitolio o en cualquier otro lugar de honor en nuestro país», ha dicho Pelosi.
No obstante, la colección incluye todavía las estatuas de otros figuras sureñas de la Guerra de Secesión, como la del expresidente de los Estados Confederados Jefferson Davis, entregada por el estado de Mississippi; o la del exvicepresidente de los Estados Confederados Alexander Stephens, donada por Georgia.