El gobernador de una región anglófona de Camerún ordena suspender las actividades de MSF
Arranca en Yaundé el juicio contra tres agentes sospechosos de participar en una matanza de civiles
Las autoridades de la Región Noroeste de Camerún, una de las dos de mayoría anglófona en el país africano, ha dado orden de suspender las actividades de Médicos Sin Fronteras (MSF) tras las críticas de Yaundé a la organización no gubernamental por su supuesto apoyo a los separatistas.
Según las informaciones recogidas por el diario Journal du Cameroun , la decisión del gobernador regional, Adolphe Lele l Afrique, implica la suspensión de actividades y la colaboración de la ONG con los hospitales de la región.
Si bien las razones de la medida no han sido publicadas oficialmente, la decisión llega tras las críticas de Camerún a MSF por un presunto apoyo a los milicianos separatistas, que ha provocado que se hayan celebrado reuniones entre el Gobierno y la organización para abordar estas acusaciones en el pasado.
Así, las autoridades camerunesas critican que los trabajadores de MSF hayan dado atención a separatistas en zonas afectadas por el conflicto que sacude a las regiones Noroeste y Suroeste desde 2017, que ha dejado cientos de muertos. MSF no se ha pronunciado por ahora sobre la decisión de las autoridades regionales.
Por otra parte, durante la jornada de este jueves ha arrancado el juicio de tres miembros de las fuerzas de seguridad acusados de participar en una matanza de civiles cometida en febrero en la localidad de Ngarbuh.
Los tres acusados, el sargento Baba Guida, el gendarme Sanding Sanding Cyirlle y el soldado Haranga Guilberg, han comparecido a primera hora del día ante el tribunal militar de Yaundé, tras su arresto a raíz de una investigación oficial sobre el suceso, que tuvo lugar el 14 de febrero.
El informe, publicado en abril por la Presidencia, recoge que los responsables de la matanza provocaron varios incendios en Ngarbuh para intentar ocultar las pruebas de sus actos, llevados a cabo durante una operación contra separatistas armados por parte de un grupo de militares y vigilantes .
Así, responsabilizó a un militar, un gendarme y diez vigilantes de participar en el asesinato de civiles y la quema deliberada de casas y desveló que el presidente, Paul Biya, ha ordenado «medidas disciplinarias» y arrestos.
En un primer momento, el Ministerio de Defensa camerunés afirmó que se había tratado «simplemente» de un «accidente desgraciado, consecuencia colateral de las operaciones de seguridad en curso en la región».
Lo que en 2016 empezaron siendo protestas pacíficas de los habitantes de estas regiones, otrora colonias británicas pero que decidieron unirse al Camerún francés, por su supuesta marginación por parte del Gobierno central, derivó en una dura represión a raíz de la autoproclamación de la independencia de Ambazonia el 1 de octubre de 2017.
Desde entonces, los grupos armados han proliferado y el apoyo a los separatistas, hasta entonces bastante marginal, se ha visto acrecentado. El Gobierno ha respondido mediante una dura represión, durante la que las organizaciones de Derechos Humanos, han acusado a las fuerzas de seguridad de cometer atrocidades.