Bengoa avisa de que si el Covid sigue retrasando la atención de patologías crónicas en 2021 habrá más muertes

El codirector de The Institute for Health and Strategy (SI-Health) y exdirector de Sistemas de Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Rafael Bengoa, ha avisado de que si el Covid-19 sigue retrasando la atención de patologías crónicas en 2021, «muchas de ellas no se van a poder recuperar» y «habrá más muertes».

Bengoa se ha pronunciado así en un encuentro organizado por la Plataforma Cronicidad: Horizonte 2025 (CH2025), y en el que también ha participado el profesor de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC Barcelona) y director del Instituto Universitario de Pacientes, Boi Ruiz.

Ambos expertos han subrayado la importancia de recuperar de forma inmediata la atención que se presta a los pacientes crónicos, porque, de lo contrario, tendrán un impacto muy negativo a corto y medio plazo. «El año 2021 no puede ser solo el año de la vacunación contra el coronavirus, tiene que ser el año No-COVID. No podemos esperar a que pase una primera, una segunda, una posible tercera ola, y después el proceso de vacunación, porque la suma de todos esos momentos hace retrasar más la atención de enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, la salud mental y otras patologías crónicas», ha avisado Bengoa.

Así, ha destacado la necesidad de recuperar a esos pacientes y volver a incorporarlos al sistema de forma organizada. En el mismo sentido se ha pronunciado Ruiz, quien ha considerado que la actual crisis debe actuar «como un acelerador de cambio» hacia un nuevo modelo sanitario «que ponga la cronicidad en primer plano» y pivote sobre las necesidades reales de los pacientes.

Durante el diálogo, ambos expertos han profundizado en algunas de las recomendaciones recogidas por la Plataforma CH2025 en un documento de consenso sobre la atención integral al paciente crónico en la era post COVID-19, presentado recientemente ante representantes del Ministerio de Sanidad y del Senado.

En línea con las propuestas incluidas en el posicionamiento, Bengoa y Ruiz han coincidido en que la respuesta del sistema sanitario a la cronicidad debe reorientarse a partir de un nuevo modelo que garantice una asistencia integrada e integral que supere la actual fragmentación y que asegure la continuidad de la atención.

«Hay que diseñar un modelo más comunitario y poblacional, con una Atención Primaria más poderosa y un sistema de salud pública y prevención sincronizado con ella», ha defendido Bengoa. Un planteamiento que está en línea con el compromiso con la cronicidad que defiende CH2025.

En base a este planteamiento, Ruiz ha destacado la importancia de modificar también las estructuras presupuestarias actuales, en las que la inversión está fragmentada y se asigna según cada nivel asistencial. «Si el eje se pone en la comunidad, los recursos deben establecerse en función de las necesidades de los pacientes; es decir, hay que analizar qué necesitan las personas y, a partir de ahí, determinar qué estructuras son precisas para darles respuesta, y no al contrario», ha afirmado.

UNA OPORTUNIDAD PARA LANZAR UNA TRANSFORMACIÓN ESTRATÉGICA

En este sentido, Bengoa ha señalado que España dispondrá de 140.000 millones de euros del Fondo de Recuperación Europeo, una cantidad que «nunca más habrá», y que, a su juicio, no debería servir solo para comprar vacunas.

«Podemos malgastar estos fondos y utilizarlos para pagar facturas y seguir comprando tecnología brillante o podemos aprovecharlos para lanzar una transformación estratégica del modelo de atención a la cronicidad», ha recalcado.

Para el exdirector de Sistemas de Salud de la OMS, la respuesta que se dé a esta disyuntiva es de suma importancia, teniendo en cuenta los graves efectos de la pandemia. «No solo porque habrán muerto muchas personas, sino porque sospecho que, cuando estudiemos lo ocurrido, veremos que la extensión de la longevidad de nuestra población se habrá frenado por primera vez en la historia», ha señalado.

Durante el primero de los Diálogos CH2025, los dos expertos han abogado también por potenciar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) como un recurso asistencial valioso para la atención a los pacientes crónicos, y no simplemente como una herramienta administrativa.

Así lo ha expresado el profesor Ruiz, quien ha afirmado que, aunque la telemedicina era «una revolución anunciada», la COVID-19 ha visibilizado su potencial.

Para el profesor de la UIC Barcelona, un uso de las TIC «bien articulado» y con las máximas garantías para pacientes y profesionales «puede ampliar mucho la capacidad asistencial del sistema». A este respecto, también ha abogado por consolidar la utilización de las nuevas tecnologías y avanzar hacia un modelo híbrido que puede contribuir en buena medida «a recuperar lo no atendido durante la pandemia».

Para ello, ha añadido, es necesario ser «muy ambiciosos en la inversión» y consolidar estos recursos. «La tecnología está lista, pero las organizaciones no», ha apuntado.

Otra de las recomendaciones prioritarias que ha recogido la Plataforma CH2025 en su posicionamiento hace referencia a la necesidad de conceder mayor protagonismo al paciente crónico y favorecer su empoderamiento en el proceso de su enfermedad.

Para que esto pueda ser una realidad, Ruiz considera fundamental progresar hacia una mayor cultura social sobre la corresponsabilidad en el cuidado de nuestra salud. «Para poder hablar de un paciente empoderado tiene que haber un paciente formado. Si recibe una información sobre su enfermedad procesada por el profesional correspondiente, tendremos un paciente más activo y capaz de participar en la toma de decisiones», ha indicado.

Con este planteamiento ha coincidido Bengoa, quien ha explicado que, además de invertir en una mayor educación sanitaria que permita al paciente crónico adquirir más protagonismo, es preciso crear las condiciones adecuadas para que esto sea más fácil, y en este objetivo ha situado los llamados impuestos al pecado .

«Subir el IVA de las bebidas azucaradas no solo hace que las personas tengan más dificultades para acceder a ellas, sino que también proporciona señales de comportamiento. No hay que excederse y establecer un impuesto para todos nuestros pecados , pero sí crear un entorno en el que no sea más barato acceder a la comida basura que a una dieta mediterránea o en el que sea más fácil hacer ejercicio», ha zanjado.

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