Especialistas del Hospital de Villalba inciden en la detección precoz de la disfemia para minimizar su repercusión
Especialistas del Hospital Universitario General de Villalba han incidido en la detección precoz de la disfemia, conocida comúnmente comotartamudez, para minimizar su repercusión y ofrecer a los padres pautas desde edades tempranas, ha informado el hospital en un comunicado.
La tartamudez es un trastorno del habla que ha ido ganando visibilidad con el tiempo y que precisa de un abordaje conjunto desde el ámbito familiar, escolar y sanitario para un diagnóstico y una intervención tempranos.
«Cuando hablamos de una tartamudez establecida, sobre todo en la adolescencia y la edad adulta, es frecuente que ya exista repercusión a nivel emocional y psicológico, afectando a las relaciones sociales y laborales de estos pacientes», ha explicado la doctora María Nuño y María Sánchez, médico rehabilitador y logopeda, respectivamente, del citado hospital.
Ante cualquier duda sobre si nuestro hijo presenta alguna alteración de la fluidez (o disfluencia) en edades tempranas, ambas recomiendan que los padres consulten con un especialista del habla y el lenguaje que les pueda orientar.
Esto permitirá diferenciar entre una disfluencia evolutiva (de pronóstico favorable y que habitualmente no precisará de una intervención directa) y una tartamudez temprana (en la que conviene intervenir de forma precoz).
«No debemos etiquetar a un niño de 3 años de tartamudo. Las disfluencias evolutivas son comunes en niños que están aprendiendo a hablar y en el 80 por ciento de los casos remitirán de formaespontánea», apuntan.
En edad escolar, la prevalencia de la tartamudez –que ya es crónica o establecida– disminuye a un 4-5 por ciento, y en la vida adulta es de aproximadamente un 1 por ciento. Pero en esta franja etaria los casos son más severos, ya que se asocian a problemas en las relacionessociales, personales y laborales. Por eso es tan importante una intervención temprana.