Muere a los 80 años el expresidente Tabaré Vázquez, abanderado de la izquierda uruguaya
El expresidente de Uruguay Tabaré Vázquez ha fallecido esta madrugada a los 80 años de edad tras varios días en un delicado estado de salud como consecuencia del cáncer de pulmón que le fue diagnosticado el año pasado, según ha comunicado el movimiento Frente Amplio, del que fue presidente de honor, y gran representante durante diez de los últimos quince años de mandato de la izquierda uruguaya.
«Con profundo dolor comunicamos el fallecimiento de nuestro presidente de honor, Tabaré Vázquez. Su ejemplo de integridad política y compromiso inquebrantable con nuestro país y la gente, nos impulsará a continuar su legado», ha hecho saber la formación en su cuenta de Twitter.
El Gobierno ha precisado que el deceso del exmandatario ocurrió en torno a las 03.00, hora local, debido a «causas naturales de su enfermedad oncológica».
La semana pasada, Tabaré Vázquez fue estabilizado de emergencia tras padecer una «trombosis profunda del miembro inferior izquierdo» relacionada con el cáncer, según explicó su hijo, el doctor Álvaro Vázquez. El médico, oncólogo de profesión como su padre, ha confirmado que la trombosis era una «patología conocida en estos pacientes oncológicos» y, por lo tanto, vinculada a la enfermedad que padece el exmandatario.
El tumor le fue diagnosticado en agosto de 2019 y en septiembre comenzó un programa de radioterapia y radiocirugía para combatir la enfermedad, que en principio había culminado con éxito. Ahora se encontraba, según sus médicos, en una «etapa de evaluación».
Durante ese periodo, Vázquez se alejó de la luz pública aunque permaneció activo dentro del Frente Amplio. En octubre precisamente realizó su última participación en el Plenario del partido y mantuvo un encuentro previo junto al también expresidente José Muijca — el hombre que ocupó el cargo entre los dos mandatos de Vázquez — y la esposa de este último, la senadora Lucía Topolansky, para que dieran su visto a la nominación de Marcos Carámbula a la Presidencia del partido.
Las autoridades han anunciado que el cortejo fúnebre partirá a las 13.00 horas (hora local) desde la Explanada de la Intendencia Municipal de Montevideo hacia el Cementerio de la Teja, siempre con atención a las medidas de restricción impuestas para combatir la pandemia de coronavirus.
En este sentido, el Gobierno ha decidido que no habrá velatorio, y que los restos mortales del expresidente sean despedidos por sus hijos y nietos lo despediremos «en una ceremonia reservada e íntima».
EL ROMPEHIELOS DE LA IZQUIERDA
Nacido en 1940 en el seno de una familia humilde y numerosa, Vázquez estudió en escuelas públicas, aunque con importantes paréntesis que se vio obligado a hacer trabajando de cualquier cosa para garantizar el sustento de los suyos.
Su carrera política ha estado ligada desde sus inicios a los proyectos sociales. Con 18 años fundó el club social El Arbolito en La Teja, un barrio humilde de Montevideo, que se convirtió en centro de peregrinaje de jóvenes y mayores para satisfacer todo tipo de necesidades, desde deportivas hasta médicas.
Una de las caras más amables de Vázquez es la que le muestra estrechamente vinculado al deporte. Aunque en su infancia solo pudo jugar con pelotas de trapo, tal y como él mismo ha relatado, presidió el Club Atlético Progreso y le lanzó hasta la primera división del fútbol uruguayo.
Sin embargo, este origen humilde no le impidió convertirse en un hombre cultivado. A pesar de su tardía entrada en la universidad, a los 23 años, Vázquez consiguió acabar sus estudios de Medicina como oncólogo, llegando a alcanzar puestos de responsabilidad en las instituciones sanitarias de Uruguay y cursando estudios en Europa.
Esta rara combinación de hombre del pueblo y de ciencia, hasta entonces impensable en un pequeño país deprimido por la dictadura militar, catapultó a Vázquez hasta la Alcaldía de Montevideo, siendo el primer político de izquierda en ocupar el Gobierno capitalino, lo que le consolidó como referente en el Frente Amplio (FA).
Vázquez fue escalando posiciones hasta liderar la coalición izquierdista intentando hasta en dos ocasiones llegar al Palacio de Suárez y Reyes, aunque sin éxito. Precisamente, fue su último periodo en la oposición lo que le colocó en el sillón de mando, gracias al diálogo constante que mantuvo con el Gobierno de Jorge Batlle para superar la crisis bancaria de 2002.
Ya en 2005, convertido en el primer presidente uruguayo de izquierda, Vázquez atrajo la atención internacional por sentar en el banquillo a los líderes de la dictadura militar sin derogar la llamada Ley de Caducidad, que garantiza la impunidad, gracias a un artificio jurídico que consistió en excluir determinados casos de desapariciones y torturas del ámbito de influencia de esta norma jurídica.
Su primer mandato se caracterizó por las políticas sociales, con las que señaló el camino para reducir la pobreza y el analfabetismo en Uruguay y para conseguir que todos los ciudadanos tuvieran una cobertura sanitaria básica garantizada por el Estado.
Pero también protagonizó fuertes debates, incluso en el seno del FA, por su ley contra el tabaco, pionera en prohibir la publicidad incitando al consumo de cigarrillos y en declarar libres de humo los espacios cerrados.
Tabaré Vázquez asumió un segundo mandato en 2015 bajo la sombra de su predecesor Mujica y culminó 15 años ininterrumpidos de dominio del Frente Amplio antes de ceder el bastón de mando a su sucesor conservador, Luis Lacalle Pou. El desgaste provocado por tres lustros de mandato, sumados a «errores» reconocidos por el propio expresidente Vázquez, como la mala gestión a la hora de mantener el respaldo de los sectores tradicionales de la izquierda uruguaya, motivaron el final de esa era.