Experto advierte de la baja percepción de riesgo del cannabis en los jóvenes
Rafael Maldonado, catedrático de Farmacología de la Universidad Pompeu Fabra, ha advertido de que la sociedad tiene una muy baja percepción de riesgo con respecto al consumo de cannabis. «No estamos explicando a los jóvenes que el consumo tiene un riesgo importante. Es una cuestión de desarrollo cerebral», ha alertado.
El cannabis afecta sobre el sistema cannabinoide del cerebro, una zona que se encarga, entre otras cuestiones de regular las emociones. El experto ha señalado que cuando su consumo se realiza en la adolescencia las consecuencias pueden ser peores, pues el cerebro se encuentra en pleno desarrollo y probablemente se encuentra realizando una serie de conexiones sinápticas que permanecerán durante toda la vida de la persona. La aparición de trastornos mentales puede ser alguna de las consecuencias de este consumo temprano.
Hay otras consecuencias: a nivel de rendimiento, habrá un aprendizaje pobre, una afectación sobre la cognición y la memoria y por ende bajo rendimiento académico y laboral. A nivel de afectación prefrontal, hay una consecuencia sobre la estructura inhibitoria del cerebro, que es la que se encarga del control racional de los impulsos. A nivel de respuesta/reacción: se triplica el riesgo de accidente de coche, se conduce más lento, se disminuye el tiempo de reacción y se divide y altera la atención. Y el consumo abusivo puede acabar desarrollando una dependencia (consecuencias negativas cuando cesa su consumo) y/o una enfermedad mental (la evidencia científica ha relacionado el consumo con el desarrollo de psicosis).
El cannabis es la tercera sustancia más consumida en España, tras el alcohol y el tabaco, según la encuesta EDADES 2017. Algunos expertos han resaltado la necesidad de regular su uso, aunque hay posiciones encontradas. Por un lado, la evidencia aún escasa para enfermedades muy concretas de la aplicación terapéutica. Y, por otro, la protección de la salud pública al tratarse una sustancia no exenta de riesgos ni inocua tras su consumo, que además ha sufrido variación en cuanto a su contenido en forma fumada.
Según el subdirector general de Drogodependencias de la Generalitat de Calatunya, Joan Colom, «el modelo de política dominante hasta ahora, la prohibición del consumo recreativo» de cannabis, ha demostrado ser ineficaz y, como consecuencia, muchos países han empezado a implementar políticas que incluyen la legalización total de su uso y suministro.
Colom argumenta que existe también evidencia sobre la efectividad de dichas estrategias en la disminución de problemas asociados al cannabis, especialmente: evitar el inicio temprano del consumo de cannabis, elegir tetrahidrocannabinol de baja potencia o productos de cannabis con una relación equilibrada de THC a cannabidiol, abstenerse de usar cannabinoides sintéticos, evitar la inhalación de cannabis quemado y dar preferencia a los métodos de uso por otras vías que no sea la fumada, evitar prácticas de inhalación profunda u otras prácticas de riesgo, evitar el consumo frecuente (p. Ej., diario o casi a diario), abstenerse de conducir o realizar actividades de riesgo bajo sus efectos, evitar el consumo en personas con mayor riesgo de problemas de salud y evitar combinar comportamientos de riesgo (por ejemplo, iniciación temprana y uso frecuente).