Experto dice que la reproducción asistida permite minimizar el riesgo de abortos espontáneos en mujeres de edad avanzada
El director de IVI Sevilla, Manuel Fernández, ha asegurado que la reproducción asistida permite minimizar el riesgo de abortos espontáneos en mujeres de edad avanzada, recordando que la fertilidad en ellas comienza a descender a partir de los 35 años.
De hecho, uno de cada tres embarazos en mujeres de 39 años terminan en aborto y a partir de 42 años, tres de cada cuatro. Esta relación con la edad se debe a la mayor aparición de problemas genéticos en los embriones. «También hay otros factores, como un rechazo inmunológico de la madre, alteraciones en la coagulación y algunas otras causas, incluso a veces desconocemos el motivo», ha añadido Fernández.
El riesgo de sufrir un aborto espontáneo afecta también a entre un 10 y un 15 por ciento de mujeres menores de 30 años. Además de llevar una vida sana, la mejor forma de prevenir los abortos es actuar sobre la causa principal, los problemas genéticos relacionados con la edad materna.
«Lo ideal es que las mujeres que no tengan previsto tener hijos antes de los 35 años congelen óvulos antes de esa edad», ha señalado el doctor, para matizar que, en cualquier caso, sea la edad que sea a la que una mujer se plantea quedarse embarazada, es conveniente tener una consulta pre-concepcional para prevenir problemas y comenzar a buscar un embarazo espontáneo de la manera más saludable.
Cuando este embarazo espontáneo no llega, las mujeres recurren a la reproducción asistida y en ocasiones se plantean si la complejidad de algunos tratamientos supone también un mayor riesgo de sufrir abortos, algo que el doctor ha desmentido. «No. Los tratamientos no tienen mayor riesgo de aborto. De hecho, permiten prevenirlos haciendo un examen más exhaustivo de cada pareja o mujer, con estudios de coagulación o inmunológicos», ha aseverado.
Además, prosigue, también se previenen haciendo un estudio genético a los embriones antes de transferirlos y evitando que se transfieran embriones que por su genética sabemos que son incompatibles con un embarazo viable, lo que permite prevenir los abortos.
«Lo importante es estudiar bien cada caso, el riesgo por edad o por problemas genéticos. En función de lo estudiado, se hace un plan personalizado para prevenir los abortos, con estudios que se consideren adecuados en cada pareja o mujer en cada momento, y poniendo los tratamientos que sean necesarios en cada caso. Esto supone tratar problemas médicos como trombofilias o alteraciones inmunológicas, o realizar un diagnóstico genético preimplantacional a los embriones en los casos en los que esta pueda ser una causa», ha zanjado el doctor Fernández.