Al menos ocho muertos, cinco de ellos niños, y seis heridos tras un bombardeo en el oeste de Yemen
Un ataque con proyectiles de artillería sobre una aldea de la gobernación de Al Hudaydah, en el oeste de Yemen, ha dejado al menos cinco niños y tres mujeres muertas, y otros tres niños y tres mujeres heridas el pasado 29 de noviembre, según los informes iniciales de Naciones Unidas.
«Este ataque contra las mujeres y los niños es inaceptable e injustificable», ha señalado el coordinador humanitario interino para Yemen de la ONU, Altaf Musani, después de extender sus «más sinceras condolencias a las familias de los fallecidos» y desear a los heridos «una rápida recuperación».
En este sentido, Musani ha hecho un llamamiento a las partes del conflicto, que «están obligadas a tomar todas las medidas posibles para proteger a los civiles. Esto es un escándalo y una clara violación del Derecho Internacional humanitario», ha sentenciado.
«Las partes en el conflicto deben encontrar la forma de trabajar para lograr una paz sostenible y evitar más miseria y salvar vidas», ha instado Musani.
Las hostilidades en la gobernación de Al Hudaydah se han intensificado en los últimos meses. En octubre, Naciones Unidas alertó de un pico en las bajas civiles, con 74 muertos y heridos registrados en toda la gobernación.
El enfrentamiento entre las fuerzas leales al Gobierno yemení de Abdo Rabbu Mansur Hadi, apoyado por Arabia Saudí y los rebeldes huthis, que cuentan con respaldo de Irán, comenzaron en 2014. Debido a esta guerra, Yemen se ha convertido en escenario de la mayor catástrofe humanitaria del mundo.
El 80 por ciento de los habitantes de Yemen, unos 24 millones de personas, necesitan de algún tipo de asistencia y 20 millones se encuentran en inseguridad alimentaria, según la ONU, que la califica como «la peor crisis humanitaria del mundo».
A finales de noviembre, Naciones Unidas sólo ha recibido 1,6 millones de dólares de los 3.200 millones de dólares que se necesitan para 2020.
«Millones de yemeníes han soportado un sufrimiento inimaginable durante casi seis años como resultado de este conflicto. Ahora, el país se enfrenta a la COVID-19 mientras que la inseguridad alimentaria y las tasas de malnutrición se disparan, la hambruna se cierne sobre el país mientras que la respuesta humanitaria sigue estando muy poco financiada», ha lamentado Musani.