FAES acusa al Gobierno de seguir la estrategia de la URSS en su plan contra la desinformación : «Imita a los peores»

Ve «escandaloso» que la Secretaría de Estado de Comunicación y el jefe de gabinete de Sánchez sean los coordinadores de ese plan

La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) ha acusado este lunes al Gobierno de Pedro Sánchez de seguir la estrategia de la URSS con su plan contra la desinformación. A su entender, «imita a los peores». Además, ve «escandaloso» que la Secretaría de Estado de Comunicación y el director del Gabinete del presidente del Gobierno sean los coordinadores del citado plan.

«El plan, si se desarrolla como está previsto, se convertirá en el marco legal para valorar como desinformación cualquier noticia que contraríe al Gobierno», advierte la fundación que dirige el expresidente José María Aznar en una análisis publicado en su web, que ha recogido Europa Press.

Según FAES, el Ejecutivo de Pedro Sánchez «no dice la verdad» cuando afirma que su plan toma como punto de partida el Final Report of the High Level Expert Group on Fake News and Online Disinformation de la Comisión Europea porque, según subraya, «no cumple con ninguna de las cinco recomendaciones del grupo de expertos de la Comisión que explícitamente exige la no interferencia de las autoridades públicas en las políticas editoriales de los medios de comunicación y en la libertad de expresión».

DIFERENCIAR FAKE NEWS Y DESINFORMACIÓN

Tras asegurar que el Gobierno «confunde los conceptos de desinformación y de fake news», recalca que «sorprende» que los expertos que asesoran al presidente del Gobierno «no distingan entre conceptos tan básicos como fake news y desinformación».

Así, FAES explica que una fake news es «un bulo en castellano castizo, es una noticia falsa, una mentira» pero advierte de que cuando hay una estrategia política detrás de una noticia falsa «esta se convierte en desinformación». «La desinformación es un instrumento asimétrico que se emplea en las operaciones especiales de influencia política. No es la simple divulgación de mentiras, sino la de mensajes tanto verdaderos como semiverdaderos o falsos para engañar a sus receptores», apostilla.

En este punto, subraya que el concepto de desinformación se debe «a los revolucionarios rusos, en particular a Lenin». Así, recuerda que cuando solo unos días después de la Revolución de Octubre «ordenó el cierre de la prensa contrarrevolucionaria (es decir, de los periódicos antibolcheviques), Lenin afirmó que la información es un arma no muy diferente de las bombas «.

«EL ACTUAL RÉGIMEN RUSO CONSERVA ESA TRADICIÓN»

FAES sostiene que desde entonces «la desinformación formó parte de las medidas activas del Gobierno soviético». «Desde Lenin, la militarización de la información fue habitual en la estrategia soviética y el actual régimen ruso conserva esa tradición», subraya.

De hecho, destaca que recientemente han vuelto a oír hablar de desinformación a propósito de «la injerencia de Rusia en los procesos electorales de diferentes países europeos y de Estados Unidos». Según la fundación, todas las campañas de desinformación «empiezan en casa, porque las potencias totalitarias que la impulsan pretenden explotar» las «vulnerabilidades y dividir» sociedades.

«Lo insólito hasta ahora ha sido que el Gobierno de un país miembro de la Unión Europea imite a los peores en la pretensión de control de los medios de comunicación y en la restricción de la libertad de expresión como medidas para reforzar sus posiciones de poder a costa del pluralismo», afirma FAES en su análisis.

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