FAPA y CONCAPA, indignadas, contemplan medidas para que las familias «empiecen a ser respetadas»
Las agrupaciones de padres de la enseñanza pública y privada, FAPA y CONCAPA, ha expresado su «absoluta incredulidad, indignación e impotencia» ante lo sucedido en torno a la semana no lectiva de noviembre, y han avanzado que en los próximos días decidirán «los pasos a seguir para que, de una vez por todas, tanto las familias como la educación que nuestros hijos merecen, empiecen a ser respetadas».
Así lo han dicho en un comunicado conjunto la Federación de Madres y Padres de Alumnado de Cantabria (FAPA) y la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (CONCAPA), en el que expresan la su indignación ante la situación en la que les sitúa la resolución cautelar que anula el establecimiento de esta semana como lectiva.
«Desde que el pasado 13 de marzo se decretó la suspensión de las clases presenciales nos ha tocado asumir todas y cada una de las decisiones que se han ido tomando. Nos ha tocado seguir trabajando mientras dejábamos a nuestros hijos solos en casa, acompañando el miedo al contagio con el miedo a que les pasase algo en ese tiempo. Nos ha tocado adaptar nuestros hogares para que pudiesen seguir lo mejor posible con una educación a distancia que no funcionaba, sufriendo además al saber que muchos de sus compañeros se iban a quedar atrás. Nos tocó también explicarles que no podían salir de casa, que con asomarse a la ventana tenían que conformarse, sabiendo que algunos ni con eso contaban. Y lo hemos aguantado todo sin ningún tipo de ayuda para hacerlo», dicen los representantes de las familias.
«Con el nuevo curso nos ha tocado el mismo papel. Hemos tenido que asumir supresión de servicios, cambios de horarios y muchas nuevas medidas (y gastos) sin que nadie contase con nuestra opinión. Hemos tenido que apechugar con todo lo que los protocolos dictaban, mientras las vidas de muchas familias se desmoronan por el azote de esta crisis. Hasta nos ha tocado ver como a nuestros hijos se les negaba el uso de parques infantiles o el poder hacer deporte al aire libre», continúa el comunicado.
«Y, pese a saber que no se habían invertido todos los medios necesarios, les hemos seguido llevando al colegio. Porque, aunque las familias también estamos hartas de oír que solo queremos aparcarles, hemos confiado en que eso era lo mejor para ellos. Porque consideramos que necesitan relacionarse con sus amigos y recibir una educación para su futuro, y la escuela es fundamental para ello».
Sin embargo, FAPA y CONCAPA han lamentado que los hechos ocurridos en la última semana –hace cinco días el Gobierno anunció la suspensión de las vacaciones de noviembre y ayer la justicia anuló la decisión– han supuesto para las familias «la enésima bofetada de realidad».
En su opinión, de este modo se ha demostrado que, ni las familias ni sus hijos «pintamos nada en todo esto». «Por más que participemos en todos los foros, organismos y reuniones a los que se nos invite o en los que estemos presentes, sacrificando nuestra vida personal y familiar para ello, lo que dice la realidad es que a las familias se nos impone todo», han denunciado, lamentado que esta situación «no hace sino llevarnos a un hartazgo total y, lo que es peor, a sentir cómo el distanciamiento entre las familias y la educación cada vez es mayor».
Además, a los padres les causa «una total incomprensión» la resolución adoptada por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, pues «hasta ahora entendíamos que una medida cautelar perseguía evitar un mal mayor. Sin embargo, con la resolución adoptada en este caso, decenas de miles de familias de Cantabria nos hemos quedado en la más absoluta indefensión para evitar un mal mayor que no alcanzamos a ver. La justicia nos ha dado apenas 8 horas para volver a buscarnos la vida. Como siempre», han denunciado.