Irán dice que su plan para Nagorno Karabaj va más allá de un alto el fuego y busca un acuerdo de paz
El Gobierno de Irán ha asegurado este lunes que ha presentado un «plan» para intentar alcanzar una solución al conflicto en Nagorno Karabaj que vaya más allá de un alto el fuego y que contemple un acuerdo en torno a las fronteras entre Armania y Azerbaiyán.
«Buscamos resolver disputas, no sólo un alto el fuego», ha dicho el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Said Jatibzadé, quien ha confirmado que «se han celebrado consultas al más alto nivel», según ha informado la agencia iraní de noticias Mehr.
Así, ha destacado que «Irán ha presentado un plan fundamentado en los principios del sistema internacional, la eliminación de la ocupación, la aceptación de la supervisión internacional y las fronteras internacionales».
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní ha confirmado además que Irán ha abordado con Armenia y Azerbaiyán la presencia de «terroristas» en la zona. «Es una grave preocupación y lo hemos hablado seriamente con los países involucrados», ha dicho.
«Algunos han negado las denuncias, pero nuestras preocupaciones existen y somos serios sobre ello. Esperamos que las informaciones sean falsas», ha zanjado. Durante las últimas semanas, Armenia ha acusado a Turquía de enviar a rebeldes y milicianos islamistas desde Siria y Libia al área para apoyar las operaciones de Azerbaiyán.
Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó la semana pasada que miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las kurdas Unidades de Protección Popular (YPG) –activas en Siria– combaten del lado de las fuerzas armenias en el conflicto.
El plan iraní fue trasladado la semana pasada por el viceministro de Exteriores, Abbas Araqchi, durante un viaje en la región en el que visitó Rusia, Azerbaiyán, Armenia y Turquía, con el objetivo de intentar lograr un acuerdo que ponga fin a los combates en torno a Nagorno Karabaj.
DESPLIEGUE DE FUERZAS RUSAS
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, aseguró el viernes que su Gobierno está dispuesto a aceptar la entrada de fuerzas de paz rusas en la región de Nagorno Karabaj, cuya soberanía se disputa desde hace décadas con Azerbaiyán, si dicho despliegue permite poner fin al conflicto.
Pashinián, que acusó a Azerbaiyán de estar impulsando una «limpieza étnica» con sus operaciones militares en la región transcaucásica, reconoció sin embargo que hay pocas posibilidades de que se despliegue tropas rusas en el enclave porque su envío «debería ser aceptable para todas las partes del conflicto».
El primer ministro armenio envió además una carta al presidente ruso, Vladimir Putin, para que Moscú»inicie consultas inmediatas para definir los tipos y cantidad de apoyo que Rusia puede dar a Armenia para garantizar su seguridad».
En este sentido, el vice primer ministro armenio, Mher Griogrián, ha explicado este mismo lunes que la solicitud fue formulada teniendo en cuenta la situación de seguridad, según ha informado la agencia armenia de noticias Armenpress. «Quizá hubo una situación que se consideró como una amenaza y un peligro, también para las fronteras de Armenia», ha argüido.
Por su parte, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha adelantado que en las próximas horas se desvelarán nuevos avances militares de las tropas azeríes. «Hoy se informará de la liberación de nuevas aldeas», ha manifestado, tal y como ha recogido el portal de noticias Turan, en medio de unos avances que han sido reconocidos por Ereván durante las últimas semanas.
El reconocimiento por parte de las autoridades de Armenia de que han perdido territorio por las operaciones militares de Azerbaiyán tras más de un mes de enfrentamientos ilustra las dificultades que están teniendo las Fuerzas Armadas armenias en sus combates contra las fuerzas azeríes, que cuentan con armas avanzadas turcas y con drones de fabricación israelí.
Antes de que comenzara la espiral bélica el 27 de septiembre, las fuerzas militares armenias controlaban Nagorno Karabaj y siete distritos azeríes colindantes utilizados como zona tapón para proteger este enclave desde el alto el fuego acordado con la mediación de Rusia en 1994 y que puso fin a una guerra en la que murieron más de 30.000 personas.