Un estudio advierte de posibles resistencias al tratamiento con equinocandinas en la candidiasis peritoneal
Una investigación española, liderada desde el Hospital Ramón y Cajal de Madrid y con participación de científicos del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ha avisado de posibles resistencias al tratamiento con equinocandinas en la candidiasis peritoneal.
Las equinocandinas (caspofungina, micafungina y anidulafungina) son un tipo de fármacos antifúngicos utilizados en el tratamiento de infecciones causadas por hongos, especialmente del tipo levaduriformes. Se caracterizan por actuar de manera selectiva sobre la pared celular fúngica y son los medicamentos de elección en el tratamiento de la candidiasis peritoneal, una consecuencia común en pacientes críticos ingresados en UCI con patologías relacionadas con el tracto digestivo.
El estudio, que se ha publicado recientemente en la revista International Journal of Infectious Diseases , ha analizado datos de 23 pacientes críticos, sometidos a cirugía abdominal y con sospecha de candidiasis peritoneal. El objetivo era evaluar la exposición de estas equinocandinas en el lugar de la infección, en este caso el peritoneo, y relacionarla con el desarrollo de resistencias, un problema creciente consecuencia del uso de equinocandinas, y de especial relevancia en especies como C. glabrata .
Las sospechas del posible desarrollo de mecanismos de resistencia se puede explicar si las equinocandinas demuestran una peor difusión y una exposición disminuida en el fluido peritoneal, por lo que los investigadores analizaron las concentraciones en suero y en el peritoneo de caspofungina, micafungina y anidulafungina en pacientes críticos tratados con estos fármacos.
Las muestras se tomaron en cuatro momentos tras la administración del tratamiento: a la hora, a las dos horas, a las seis horas y a las 24 horas. De los 23 pacientes analizados, todos ellos estaba tomando tratamiento antibiótico, el 80 por ciento recibía medicamentos inotrópicos (para controlar el ritmo cardiaco) y en el 74 por ciento se confirmó la candidiasis peritoneal.
Tras analizar las concentraciones obtenidas en cada uno de los fármacos, la mayoría estaban por debajo de un microgramo por mililitro. Esta exposición a equinocandinas establecida en el peritoneo de los pacientes está por debajo de la concentración más baja necesaria para inhibir completamente el crecimiento (MPC, siglas en inglés de mutant prevention concentration ) publicada por otros autores, por lo que los investigadores consideran que son suficientes para justificar un posible riesgo de resistencias al tratamiento en pacientes en los que el control de la infección abdominal sea complejo y que necesiten tratamientos prolongados con equinocandinas.
Entre los firmantes del artículo están Alicia Gómez López y Manuel Cuenca Estrella, del departamento de Micología del Centro Nacional de Microbiología del ISCIII. El autor principal es el jefe de sección de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid e investigador principal del Grupo Enfermedades infecciosas y SIDA del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (IRYCIS), Jesús Fortún.
Finalmente, los autores han admitido limitaciones en el estudio, como la pequeña muestra de pacientes, y han señalado la necesidad de realizar más investigaciones similares para confirmar el aumento de resistencias en este tipo de infecciones fúngicas.