El consumo de cemento logra repuntar un 0,9% en septiembre, aunque cede un 11,6% en el acumulado del año
Las exportaciones caen un 8%, mientras que las importaciones repuntan un 21%
El cemento consumido en septiembre fue de 1,2 millones de toneladas, lo que supone un crecimiento del 0,9% respecto al mismo mes del año pasado, es decir, 10.000 toneladas más, a pesar del contexto desfavorable creado por la crisis sanitaria y los continuos rebrotes que surgieron el mes pasado.
No obstante, en el acumulado del año, el consumo es de 9,9 millones de toneladas, lo que todavía representa una caída del 8,1% respecto al mismo periodo del año anterior, según los últimos datos publicados por la Agrupación de Fabricantes de Cementos de España Oficemen.
A pesar del dato positivo de septiembre, la patronal cree que este valor «no cambia la tendencia fuertemente negativa del año», por lo que sigue pronosticando una caída en el conjunto del ejercicio del 11%, hasta las 13,1 millones de toneladas.
Aun así, el mal comportamiento experimentado a lo largo del año en el consumo de cemento ha ido suavizando a medida que se recuperaba la actividad. En abril, con la paralización de toda industria no esencial, el consumo llegó a desplomarse un 50%.
BALANZA COMERCIAL «PREOCUPANTE»
Por otro lado, septiembre también ha roto el crecimiento registrado por las exportaciones durante julio y agosto, experimentando una caída del 16,5%, lo que supone una pérdida cercana a las 100.000 toneladas.
En el acumulado del año, las exportaciones caen por encima del 8%, es decir, siete décimas más que en agosto, y acumulan ya una caída cercana a las 400.000 toneladas, junto con un repunte del 21% de las importaciones, lo que Oficemen reconoce que coloca la balanza comercial «en una situación más que preocupante».
«El elevado coste energético y de las emisiones de CO2 de nuestra industria frente a otros países, sigue mermando nuestra competitividad. Especialmente en lo que respecta a las emisiones de carbono, consideramos urgente la puesta en marcha desde la Unión Europea de medidas de ajuste en frontera», asegura el presidente de Oficemen, Víctor García Brosa.
«De poco sirve establecer un sistema para reducir las emisiones de CO2 en Europa, si se permite la importación de productos sin el coste asociado del carbono, bien sea cemento o clinker, de otras zonas geográficas con una legislación ambiental más laxa», concluye García Brosa.