El Parlamento aprueba prorrogar un año la autorización a las operaciones transfronterizas en Irak y Siria
El Parlamento de Turquía ha aprobado una moción para prorrogar un año su autorización a las operaciones antiterroristas transfronterizas en Irak y Siria, centradas en el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las Unidades de Protección Popular (YPG), vinculadas al anterior.
La resolución ha sido respaldada por el gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (AKP), así como el principal partido opositor, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) –aliado del AKP– y el Buen Partido (IYI), también opositor.
Por contra, el prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) ha votado en contra de la moción, presentada por el Ejecutivo y que autoriza que las operaciones transfronterizas continúen hasta el 30 de octubre de 2021, según ha recogido el diario turco Hurriyet .
El documento presentado ante el Parlamento recoge que «la existencia del PKK y Estado Islámico en Irak supone una amenaza directa para la paz regional, la estabilidad y la seguridad» de Turquía. Las operaciones turcas en el país vecino han estado centradas casi exclusivamente en el PKK.
El Ejército turco ha intensificado sus operaciones contra el PKK tanto en el país como en el norte de Irak –donde la formación cuenta con numerosas bases– desde que quedó roto el alto el fuego entre el Gobierno y el grupo armado en julio de 2015.
El Gobierno de Turquía pidió el 19 de junio a Irak «cooperación» en su lucha contra el PKK tras las críticas de Bagdad a sus operaciones en el norte del país, que llevaron a las autoridades a convocar en dos ocasiones al embajador turco para trasladar protestas formales tras la muerte de varios civiles por sus bombardeos.
Por otra parte, ha lanzado diversas operaciones militares contra las YPG en el norte y el noreste de Siria –respaldadas por diversos grupos rebeldes sirios, entre ellos facciones islamistas– con el objetivo de expulsar al grupo de las zonas fronterizas.
Las YPG son a su vez la columna vertebral de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), clave en la lucha contra Estado Islámico en Siria y apoyadas por la coalición internacional que encabeza Estados Unidos, lo que ha provocado críticas de Ankara a Washington.