Los sindicatos médicos muestran su «profunda preocupación» por el «deterioro» del SNS y piden más recursos
El Comité Ejecutivo de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) ha manifestado su manifestar su «profunda preocupación» por el deterioro que está sufriendo el Sistema Nacional de Salud (SNS), tanto en lo que se refiere a los derechos de los pacientes, como a los de todos sus profesionales, en especial a los de los médicos, por lo que ha pedido más recursos materiales y humanos.
Y es que, tal y como ha señalado, la reordenación de los distintos circuitos asistenciales para adaptarse a las necesidades que imponía la Covid-19, en un contexto de plantillas «muy ajustadas e insuficientes, sobrecarga asistencial, alta tasa de temporalidad, carencias organizativas y escasa financiación» ha tensionado y puesto en evidencia las «carencias» de un sistema que mantenía un «alto nivel de calidad» por la «entrega y dedicación» de sus profesionales.
«Además, la gestión de la pandemia se ha basado en la improvisación en la adopción de medidas y su subordinación a intereses políticos de las distintas administraciones implicadas, pero fundamentalmente las del propio Ministerio de Sanidad, lo que ha venido a agravar y complicar esas carencias previas», han señalado desde la organización.
A juicio del CESM, se ha gestionado «marginando» la opinión y la participación de los profesionales, con «falta de transparencia y ocultación maliciosa de datos», lo que se ha traducido en un «sentimiento creciente de desconfianza» de todos los estamentos sociales, en especial del colectivo profesional que, además, era el que tenía que asumir la asistencia directa de los pacientes afectados por la Covid-19 y por el resto de las patologías.
«La falta de un grupo de expertos de reconocido prestigio que respaldase las decisiones técnicas ha hecho que la falta de credibilidad en las decisiones ministeriales se haya instalado con firmeza en la profesión y que la falta de un análisis independiente de los errores cometidos nos conduzca irremediablemente a repetirlos», ha apostillado el CESM.
Dicho esto, ha señalado que en ese «caos organizativo» no es de extrañar que España el país de Europa con mayor tasa de incidencia de la Covid-19, con mayor tasa de mortalidad y en plena expansión de la pandemia lo que, desde el punto de vista asistencial, se ha traducido en un «deterioro grave» de la calidad en las prestaciones del SNS en el que los principales perjudicados son los pacientes y los profesionales.
«A ambos se les quiere hacer responsables de ese deterioro. A los pacientes, en su condición de ciudadanos, al acusarles de manera generalizada de mantener conductas supuestamente irresponsables que conducen a la propagación de la pandemia, así como de incorrecta utilización de los servicios de salud, a la vez que se les ponen trabas en la accesibilidad al primer escalón asistencial, la Atención Primaria», ha argumentado el CESM.
Los pacientes, prosigue, descargan su «descontento e indignación», sobre todo en Atención Primaria, contra el profesional más cercano, el médico, al que hacen responsable de todos su problemas. Por otro lado, a los médicos se les «sobrecarga» con tareas administrativas y burocráticas; con dobles circuitos asistenciales; «se les imponen, sin medios adecuados, medidas organizativas» como la asistencia telefónica (eso que eufemísticamente llaman telemedicina) que merman su capacidad asistencial y que saturan su capacidad de respuesta, a la vez que asisten indefensos a su linchamiento público.
«Ahí está la creciente agresividad que está padeciendo el sector. Hemos pasado, como ya advertimos, de héroes a villanos. Todo ello conduce a pensar que hay una estrategia calculada de conseguir el deterioro de la imagen pública de una profesión para así acallar y deslegitimar sus fundadas críticas a la gestión de la pandemia», ha recalcado.
Finalmente, el CESM ha pedido más recursos materiales y humanos para mejorar la detección precoz de nuevos casos, la asistencia que se merecen los pacientes, para mejorar el sistema organizativo y la coordinación entre niveles y, así, evitar el creciente abandono del ejercicio profesional vía bajas, abandonos y jubilaciones. «Es urgente frenar el derribo controlado de nuestro sistema sanitario, la crispación creciente de pacientes y profesionales; de profesionalizar la gestión de la pandemia y de que la batalla política abandone el SNS, si no, pronto asistiremos, no a su derribo, sino a su desescombro», ha zanjado.