Expertos internacionales definen qué son los simbióticos en un nuevo informe de consenso
Un panel internacional de expertos ha redefinido el término de simbióticos, productos que contienen a la vez prebióticos y probióticos, y cuyo objetivo es restaurar y/o mantener la buena salud de la microbiota intestinal. Además, estos investigadores han desarrollado directrices sobre la investigación científica de estos suplementos.
El informe de consenso, publicado en la revista científica Nature Reviews: Gastroenterology and Hepatology , se espera que sirva como referencia definitiva en el desarrollo de nuevos productos simbióticos. Así, la definición actualizada de los simbióticos es «una mezcla que comprende microorganismos vivos y sustrato(s) utilizado(s) selectivamente por los microorganismos del huésped que confiere un beneficio para la salud del mismo».
«Los simbióticos están comenzando a ganar tracción en el mercado, pero hay mucha confusión en torno al término, incluso entre los científicos. El objetivo principal del panel era aclarar qué son los simbióticos y proporcionar una guía para futuras investigaciones e innovaciones», explica Kelly Swanson, presidenta del panel de consenso y profesora del Departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Illinois (Estados Unidos).
La idea general de los simbióticos fue propuesta por primera vez en 1995 cuando se definieron los prebióticos. Pero el concepto se dejó abierto a la interpretación, y como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) regula los suplementos de forma flexible, las empresas pueden vender productos que pueden o no proporcionar beneficios para la salud.
«Esta declaración de consenso proporciona una guía para las diferentes partes interesadas, incluidos los científicos del mundo académico y la industria, los consumidores e incluso los periodistas. Queremos recordar a cada grupo que estos términos deben utilizarse de manera coherente, evitando las afirmaciones sensacionalistas o exageradas sobre la salud», comenta otra de las participantes en este grupo de expertos, Hannah Holscher.
Los términos prebiótico y probiótico tienen sus propias definiciones y normas. Al omitir esos términos específicos en la definición de simbiótico, el grupo de expertos permite el uso de microorganismos y sustratos utilizados selectivamente que pueden funcionar juntos para obtener un beneficio para la salud pero que pueden no ajustarse a las definiciones de prebiótico y probiótico cuando se administran independientemente. «La antigua definición de simbiótico incluía los pre y probióticos, que pueden haber restringido la innovación», detalla Holscher.
Los pre y los probióticos todavía pueden combinarse bajo la nueva definición, siempre y cuando se prueben juntos y se demuestre que siguen dando resultados positivos, si no necesariamente relacionados, para la salud. Por ejemplo, un prebiótico podría ayudar a la salud digestiva mientras que un probiótico podría aumentar la inmunidad después de una vacuna contra la gripe. Mientras sigan proporcionando esos beneficios en el huésped, pueden considerarse como simbióticos complementarios.
«La clave está en las pruebas. Incluso si los prebióticos y los probióticos funcionan por separado, podría haber algún antagonismo cuando se juntan. Así que en realidad, necesitan ser probados juntos en el animal o humano objetivo. No queremos que las compañías sólo arrojen cosas juntas al azar», señala Swanson.
Por el contrario, los ingredientes de los simbióticos sinérgicos son aditivos, y trabajan juntos para producir un beneficio de salud único y específico. Lo más probable es que estos se hagan con ingredientes novedosos que no estén ya categorizados bajo las definiciones actuales de pre y probióticos.
«En los simbióticos sinérgicos, el sustrato apoyaría la supervivencia de los probióticos. Por ejemplo, proporcionando una fuente de energía para el probiótico o cambiando el microbioma para apoyar la supervivencia del probiótico», desarrolla Holscher.
En cualquier caso, probar los ingredientes juntos es crítico. El panel de consenso establece protocolos de prueba para múltiples huéspedes, incluyendo humanos, mascotas y animales de ganado, y alienta a los investigadores a considerar los efectos de la edad, el estado de salud, el sexo y otros factores importantes.
Con una mejor documentación orientativa, es probable que el mercado de los simbióticos crezca. Pero antes de sumergirse en los nuevos suplementos, los investigadores aconsejan a los consumidores que consulten a los profesionales médicos para elegir el producto adecuado para sus necesidades específicas.
«Solo porque haya un pre, pro o simbiótico en el mercado, no significa que funcionarán en todos los ámbitos, desde los bebés hasta los adultos, pasando por la geriatría, las enfermedades cardíacas y la salud gastrointestinal». Todos ellos están realmente ahí para un propósito específico», concluye Swanson.