EEUU saluda el alto el fuego de tres días acordado entre el Gobierno y los talibán en Afganistán
El representante especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad ha saludado este miércoles el alto el fuego de tres días acordado entre el Gobierno y los talibán en el país con motivo de la Festividad del Sacrificio, la segunda más importante en el islam.
«Damos la bienvenida al anuncio de los talibán de un alto al fuego por el Día del Sacrificio y al anuncio recíproco del Gobierno afgano», ha indicado Khalilzad en un mensaje difundido a través de su cuenta de Twitter, en el que ha deseado a los afganos una celebración «pacífica».
«Nuestra esperanza es que el Día del Sacrificio lleve a los afganos a un entendimiento y respecto mutuo y un paso más cerca hacia una paz sostenible», ha agregado. Asimismo, ha deseado que las fuerzas de seguridad afganas «continúen con honor al servicio de los afganos» y les ha agradecido su «compromiso» con Afganistán.
Por su parte, el embajador de Estados Unidos en Kabul, Ross Wilson, ha utilizado la misma red social para celebrar el anuncio del alto el fuego y ha considerado que los afganos «merecen celebrar la festividad en paz». «Espero que ambas partes cumplan con sus compromisos y avancen rápidamente en las negociaciones intraafganas», ha agregado.
A pesar del anuncio, el Gobierno de Afganistán y los talibán han advertido de que responderán a cualquier tipo de ataque y operación. El anuncio del alto el fuego ha llegado menos de una semana después de que el portavoz de la oficina política de los talibán en Qatar, Suhail Shahin, resaltara que el grupo está dispuesto a poner en libertad a todos militares afganos detenidos antes de la Fiesta del Sacrificio y al final de la misma, así como a iniciar negociaciones con las autoridades afganas tras las fiestas si se completa el canje de prisioneros.
Hasta la fecha han sido liberados cerca de 4.200 talibán y más de 850 miembros de las fuerzas de seguridad, si bien el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, destacó recientemente que el proceso de paz no avanzará hasta que «no esté claro el destino» de todos los miembros de las fuerzas de seguridad capturados por los insurgentes.
