Reino Unido confirma 768 nuevos contagios y otros 123 fallecidos mientras endurece el uso de la mascarilla
Reino Unido ha confirmado este viernes la aparición de 768 nuevos contagios en las últimas horas y otros 123 fallecimientos en el país a consecuencia de la epidemia de coronavirus, al tiempo que ha impuesto el uso de mascarilla en espacios públicos cerrados para impedir la propagación del virus.
Con estas cifras, Reino Unido ha registrado ya un total de 297.914 casos y 45.677 fallecidos por el virus, según la última actualización del balance publicado por el Gobierno británico en su página web.
Según esta estimación, un total de 1.634 pacientes están hospitalizados, tras 112 ingresos en las últimas horas. Un total de 111 están recibiendo respiración asistida.
Este balance coincide con un día en el que el Gobierno británico ha comenzado a endurecer las medidas de protección, al imponer mascarillas obligatorias a la entrada de espacios cerrados, so pena de una multa de unos 110 euros.
Sin embargo, el Gobierno británico ha aclarado que la Policía solo multará «como último recurso» y que no habrá patrullas específicas para aplicar la nueva normativa, que se aplica a centros comerciales, centros de transporte, bancos, supermercados y oficinas.
CAMPAÑA DE VACUNACIÓN REFORZADA
También este viernes el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha declarado que los partidarios de movimiento antivacunas «están como un cencerro», durante la visita que ha hecho a un centro de salud para promover un nuevo programa de vacunaciones contra la gripe que podría aliviar la presión sobre los hospitales en el caso de una segunda ola de coronavirus.
«De repente han salido ahora todos estos antivacunas. Están como un cencerro. Como un cencerro», ha declarado el primer ministro durante su visita al centro médico Tollgate en Beckton, Londres.
A continuación, el primer ministro ha defendido este nuevo programa de vacunación, que espera alcanzar su apogeo antes del invierno. Primero, a los niños en edad escolar, embarazadas y mayores de 65 años, antes de empezar con el resto de la población.
«La razón para hacerlo es que tenemos que proteger al Servicio Nacional de Salud en los meses de invierno porque, obviamente, tenemos la amenaza de un segundo pico de COVID-19 y es vital que les quitemos la mayor presión posible», ha añadido, en declaraciones recogidas por The Guardian .