Unos 10 millones de niños en todo el mundo podrían quedarse fuera de las aulas por la pandemia
La ONG propone crear un fondo de 35.000 millones de euros en el Banco Mundial para «invertir urgentemente en educación»
Save the Children ha dado este lunes la voz de alarma ante lo que considera «una emergencia educativa mundial sin precedentes» por la pandemia de coronavirus, que podría dejar a unos 10 millones de niños fuera de las aulas por los recortes presupuestarios y el aumento de la pobreza, especialmente en África.
En su informe Salvad nuestra educación , la ONG calcula que 9,7 millones de niños están en riesgo de abandonar la escuela definitivamente en lo que queda de año, un riesgo que es especialmente elevado en doce países, principalmente de África occidental y central, aunque también en Yemen y Afganistán.
La organización señala como una de las causas la reducción del presupuesto de educación. En un escenario de «rango medio», Save the Children estima que podría haber un déficit de 77.000 millones de dólares en la partida educativa de «algunos de los países más pobres del mundo», mientras que en «el peor de los escenarios», es decir que los gobiernos directamente transfieran el dinero de educación a otras partidas para combatir la pandemia, podría dispararse a los 192.000 millones de dólares.
La ONG ha indicado que, más allá de los «efectos devastadores que el brote de COVID-19 tendrá en el aprendizaje», «el cierre de escuelas significa mucho más que la pérdida de educación, ya que deja a los niños sin espacios seguros donde jugar, comer y acceder a servicios de salud, y donde se detectan posibles abusos en el hogar y se ofrece protección a las víctimas». «Con el cierre de las escuelas, estas salvaguardas desaparecen», ha alertado.
En este sentido, ha recordado que «los niños de estos países viven atrapados en un círculo vicioso», por lo que augura que «el cierre de las escuelas les empujará a incorporarse al mercado laboral y, en el caso de las niñas y adolescentes, estarán más expuestas a la violencia de género, al matrimonio infantil y al embarazo adolescente». «Estos riesgos aumentan cuanto más tiempo están fuera de la escuela y reducen directamente su posibilidad de regresar a ella», ha explicado.
Además, ha incidido en que antes de la pandemia 258 millones de niños estaban sin escolarizar en todo el mundo, una cifra que actualmente asciende a 1.600 millones. Aisha, 15 años, de Etiopía, es una de ellos. «Hace tres meses iba a clase todos los días, aprendía, jugaba con mis amigos y comía allí. Extraño mucho mi escuela y mis amigos. Ahora paso la mayor parte del tiempo cuidando del ganado y algunas veces ayudo a mi madre con tareas de casa como limpiar y cocinar», ha contado.
Save the Children ha señalado asimismo que, «a pesar de los esfuerzos de gobiernos y organizaciones, 500 millones de niños no han tenido acceso a la educación a distancia, en muchos casos sin familiares alfabetizados que pudieran ayudarles en casa». «Como consecuencia de esta pérdida», ha afirmado, «muchos tendrán dificultades para ponerse al día, lo que aumentará sus probabilidades de abandono».
En este contexto, la organización ha proporcionado materiales y recursos para la educación a distancia, entre ellos lecciones y apoyo a través de la radio, la televisión, el teléfono y las redes sociales, en los países donde opera. También está trabajando con los padres y las madres para que «sepan cómo apoyar el aprendizaje y el bienestar de sus hijos en el hogar» y con las autoridades educativas para «ayudar a planificar el regreso seguro a la escuela».
LLAMAMIENTO INTERNACIONAL
Sin embargo, estos esfuerzos no son suficientes, por lo que Save the Children ha instado a gobiernos y donantes a responder a esta «emergencia educativa mundial sin precedentes, que hace peligrar el cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que fija para 2030 garantizar el acceso a una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos los niños».
En concreto, ha pedido «poner a disposición del Banco Mundial un fondo de 35.000 millones de euros para invertir urgentemente en educación, de modo que se garantice que los niños tengan acceso a la educación, ya sea a distancia o presencial». En este último caso, ha abogado por «una vuelta a las aulas segura e inclusiva, con acceso a comidas escolares, servicios de salud y clases de recuperación para compensar el aprendizaje perdido».
Igualmente ha solicitado «suspender el pago de la deuda de los países de bajos ingresos, una medida que podría liberar 14.000 millones de dólares para ser invertidos en educación. «Sería desmesurado permitir que recursos tan necesarios para mantener viva la esperanza que viene con la educación se desvíen a pagar la deuda», ha considerado Inger Ashing, CEO de Save the Children.