Bachelet dice que la crisis en Líbano «ha hecho sonar la alarma» y pide una respuesta unificada

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha alertado este viernes de que la gravedad de la crisis económica en Líbano «ha hecho sonar la alarma» y ha pedido a los políticos y al sector financiero del país que trabajen de forma unificada para garantizar la protección de la población más vulnerable.

«Esta situación se está descontrolando rápidamente, con muchos ya desamparados y haciendo frente al hambre como resultado directo de esta crisis», ha lamentado, antes de apuntar que «ha sonado la alarma y se debe responder inmediatamente, antes de que sea demasiado tarde».

Así, ha sostenido que «los crecientes shocks económicos, unidos a la pandemia de COVID-19, han afectado a todos los sectores de la sociedad». «Muchos han perdido sus trabajos, han visto cómo se evaporaban los ahorros de toda una vida ante sus ojos y han perdido sus viviendas», ha explicado.

«A menudo, en estas situaciones, son los más pobres y vulnerables los que más sufren. Cientos de familias no pueden permitirse poner comida en sus mesas. Su situación sólo empeorará, dado que la comida y las importaciones de medicamentos se reducen y la depreciada libra libanesa ha incrementado mucho el coste de los bienes importados», ha señalado.

Bachelet ha recordado que el Gobierno libanés calcula que el 75 por ciento de la población necesita ayuda humanitaria, según datos de abril, y ha añadido que la pandemia y las restricciones impuestas para hacerle frente ha provocado que un tercio de los libaneses hayan perdido su puesto de trabajo.

«El desempleo impulsa la pobreza y el endeudamiento. En un país que no cuenta con ayudas al desempleado y con unas redes de seguridad social frágil, una crisis de paro tiene graves implicaciones, no sólo para la economía sino también para la fábrica social», ha argüido.

Por otra parte, ha destacado que «es importante que en estos momentos difíciles se vuelva a evaluar cómo tratar a los migrantes, incluidos los trabajadores». En el país hay cerca de 1,7 millones de refugiados y 250.000 trabajadores migrantes, muchos de los cuales han perdido sus empleos.

«Al tiempo que respondemos a esta pandemia y a la crisis socioeconómica, debemos incluir y proteger a todos, independientemente de su estatus migratorio o cualquier otro», ha manifestado Bachelet, quien ha reclamado además a la comunidad internacional que incremente su apoyo a Beirut para hacer frente a la situación.

«Sin unas redes de seguridad social reforzada y un aumento de la ayuda básica para aliviar el dolor causado por las requeridas reformas estructurales, los libaneses vulnerables, los trabajadores migrantes y los refugiados se verán empujados a la pobreza y la extrema pobreza», ha zanjado.

El Gobierno de Líbano anunció el martes un acuerdo con el Banco Central para subsidiar cerca de 300 productos básicos, después de una reunión para abordar la profunda crisis y las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la puesta en marcha de un plan de rescate.

CONVERSACIONES CON EL FMI

Según los medios libaneses, las negociaciones entre el Gobierno y el FMI se reiniciarán este mismo viernes, tras un periodo de suspensión debido a las falta de compromisos de Beirut para aplicar las reformas solicitadas por el organismo.

El encuentro del martes del Gabinete, encabezado por el presidente libanés, Michel Aoun, tenía entre los puntos del día el nombramiento del nuevo consejo de administración de la empresa estatal de electricidad (EDL), uno de los requisitos impuestos por el organismo internacional para la entrega de ayuda.

Asimismo, otro de los principales puntos era discutir la dimisión presentada por el director general del Ministerio de Finanzas, Alain Bifani, quien es además el jefe de la delegación gubernamental en las conversaciones con el FMI. Sin embargo, la decisión sobre este punto fue «aplazada».

La grave crisis económica en la que se encuentra sumido el país, la peor desde la guerra civil (1975-1990) ha provocado numerosas protestas, algunas de las cuales han derivado en disturbios, lo que ha llevado a Aoun a alertar de la «atmósfera de guerra civil» existente en el país.

La situación se ha visto recrudecida por la pandemia de coronavirus, que ha provocado una suspensión de las actividades económicas que ha tenido un grave impacto sobre la población, lo que ha derivado en protestas y disturbios durante las últimas semanas.

El primer ministro de Líbano, Hasán Diab, hizo recientemente un llamamiento a Estados Unidos y a la Unión Europea (UE) para crear un fondo de emergencias para ayudar a que Oriente Próximo no sufra una grave crisis alimentaria, un extremo que reconoció como una posibilidad.

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