La Cámara de España pide un nuevo marco para una transición digital inclusiva, sostenible, equilibrada y justa

La Cámara de Comercio de España ha reclamado este martes al Gobierno que promueva la elaboración de un nuevo marco normativo que permita afrontar con garantías una transición digital en el país que sea «inclusiva, sostenible, equilibrada y justa».

El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, y el presidente de la Comisión de Digitalización, Carlos López-Blanco, han presentado la Iniciativa para la Transición Digital , un documento que recoge 65 propuestas para que la economía y la sociedad españolas den el salto definitivo hacia la digitalización.

Durante su presentación, Bonet ha incidido en que la transición digital de España «no es una opción», sino «una necesidad», por lo que es fundamental establecer las condiciones apropiadas para que esa transición tenga lugar «con la rapidez necesaria» que permita mejorar la posición del país en el nuevo escenario económico global.

Además, ha añadido que, ante la grave crisis económica desatada por el Covid-19, la digitalización es «una de las mayores y mejores oportunidades que tiene España para fortalecer la competitividad de su tejido productivo, contribuir a la recuperación de la actividad económica y a medio plazo a un crecimiento económico sostenible, generar empleo estable y de alto valor y, en definitiva, mejorar el bienestar de los ciudadanos».

Por su parte, López-Blanco ha subrayado que a pesar de que la pandemia ha supuesto un duro golpe humano y económico para todos, también «está suponiendo un drástico despertar de ciudadanos, empresas y administraciones a la necesidad de afrontar y acelerar el proceso de transición digital».

Para la Cámara de España, la transición digital es un reto transversal, por lo que una Ley de Bases es el instrumento más adecuado para abordarlo, una normativa que debe facilitar y no obstaculizar el desarrollo de nuevos modelos de negocio y el uso intensivo de tecnología.

Asimismo, el organismo considera que es necesario establecer una nueva regulación que garantice unas reglas de juego iguales para todos los competidores en el mercado, así como la adecuada protección de los consumidores.

INICIATIVA PARA LA TRANSICIÓN DIGITAL

La Iniciativa para la Transición Digital presentada por la Cámara se desarrolla en torno a cuatro ejes estratégicos que se asientan sobre 18 pilares tractores y 65 medidas, de las cuales 15 son las que revisten un carácter de mayor urgencia.

En primer lugar considera que esta transición debe ser «transformadora» para reforzar los cimientos de este proceso. Para ello, ve necesaria la digitalización de los sectores productivos, a través de un Plan Nacional de Transformación Digital, un plan de incentivos fiscales, un plan renove de aplicaciones informáticas y la consideración neutral del gasto/inversión en el salto a la «nube».

Este aspecto «transformador» también requiere de la digitalización de las pequeñas y medianas empresas (pymes), para lo que es necesario acompañanarlas durante su proceso de transformación, así como de la administración pública, para lo que propone elaborar una hoja de ruta.

En este cambio, la Cámara de Comercio de España también ha apostado por un impulsar las infraestructuras tecnológicas, lo que requiere facilitar el despliegue de redes de telecomunicaciones para no dejar a nadie atrás, y la ciberseguridad, con un programa transversal de Seguridad 4.0.

El segundo eje de esta iniciativa es que sea una transición social, es decir, «justa y sostenible». En este campo, la institución ve prioritario reforzar la educación y la mejora continua de habilidades y competencias digitales, lo que incluye un impulso de la formación online .

Así, se deben garantizar los derechos de las personas en el entorno digital, para lo que hay que sentar los principios en Carta de Derechos Digitales , y revisar los modelos laborales y políticas sociales, fomentando de nuevos modelos de trabajo adaptados al mundo digital.

El tercer eje de esta transición es que debe ser «equilibrada» para asegurar un entorno competitivo equilibrado para todas las empresas. Para ello, hay que reforzar la política de competencia, con una aplicación ágil de los instrumentos de competencia ya existentes.

El último de los ejes es que esta transición debe ser «colaborativa» para conseguir que la innovación abierta y cooperativa sea el centro de todas las políticas de crecimiento. En este contexto, es importante la colaboración público privada, así como la innovación, con apoyo financiero, fiscal y de internacionalización en el desarrollo de la innovación y apoyo a la transferencia tecnológica de la misma.

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