La CUN, pionera en tratar la recaída de cáncer de próstata con cirugía robótica y radioterapia intraoperatoria

Especialistas del Centro de Próstata de la Clínica Universidad de Navarra han realizado, por primera vez en el mundo, una cirugía robótica combinada con la administración de radioterapia intraoperatoria (RIO) para el tratamiento de una recaída de cáncer de próstata.

«La ventaja de esta combinación es la unión de una cirugía mínimamente invasiva (con incisiones que no superan el centímetro) por robot complementada con la aplicación de la radioterapia durante la propia intervención, un hecho que disminuye el riesgo de una nueva recaída y evita que el paciente tenga que recibir futuras sesiones de radioterapia. Ser los primeros nos ha permitido poder estandarizar la técnica», explica el director del Centro de Próstata y codirector del Departamento de Urología de la Clínica, Bernardino Miñana.

En la intervención, que se realizó en la sede de Madrid el día 2 de marzo, participaron los codirectores de Urología y Oncología Radioterápica, los doctores Bernardino Miñana y Felipe Calvo, así como el oncólogo Javier Serrano y el urólogo Guillermo de Andrés.

El paciente, un hombre de 73 años, ya había sido operado y había recibido radioterapia por una recaída 2016. En 2019, sin ningún síntoma, fue diagnosticado en una analítica de una recurrencia (reaparición del tumor) por una elevación del PSA, el marcador del cáncer de próstata. Gracias al diagnóstico realizado con el galio PSMA, que permite conocer dónde está localizado el nuevo tumor, los doctores pudieron saber que el cáncer estaba en un ganglio de la pelvis y aplicar esta novedosa combinación de tratamientos.

El paciente se fue de alta a las 48 horas de la intervención y no ha tenido que volver al hospital para recibir sesiones de radioterapia. A día de hoy, tiene un PSA indetectable, es decir, no hay evidencia de tumor.

La intervención robótica ofrece, a diferencia de la cirugía abierta o laparoscópica convencional, una mayor precisión quirúrgica por la mejor visualización tridimensional y la eliminación del temblor natural de la mano del cirujano, proporcionando una recuperación mucho más rápida. Por su parte, la radioterapia intraoperatoria permite aplicar, tras la extirpación del tumor, la radiación exactamente en la zona de riesgo. El tiempo de exposición a la radiación, que no supera los dos minutos, ofrece una dosis muy elevada y homogénea en una zona muy concreta y en una única sesión, evitando la necesidad de administrar futuras sesiones de radioterapia.

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