Varias organizaciones humanitarias y médicas rechazan los ataques a profesionales asociados al coronavirus
Diversas organizaciones mundiales humanitarias y médicas han emitido una declaración mediante la cual han mostrado su rechazo este miércoles a los ataques a profesionales sanitarios relacionados con la pandemia del coronavirus.
Las 13 organizaciones, que abarcan a 30 millones de profesionales de la salud de más de 120 países, han resaltado más de 200 ataques contra personal e infraestructura de salud relacionados con la COVID-19, una tendencia que «pone en peligro» a estos trabajadores «vitales de la línea de frente contra la pandemia», además de a las comunidades a las que asisten.
Los firmantes de la declaración han remarcado, por ejemplo, el caso de México, donde se han identificado un total de 53 casos de agresiones con 94 afectados directos en 20 estados del país. Las entidades con más eventos de este tipo son Jalisco, Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca y Sinaloa.
Así, han reconocido que, aunque las comunidades de todo el mundo reconocen el papel «crucial» que desempeña el personal de la salud en el contexto de la pandemia, han destacado la «evidencia preocupante» respecto al «aumento de patrones específicos de violencia contra la asistencia de salud» vinculados con la respuesta a la pandemia.
En concreto, los organismos, entre los que destacan el Comité Internacional de la Cruz Roja, el Consejo Internacional de Enfermeras, Médicos del Mundo o la Asociación Médica Mundial, han mencionado «acoso, estigmatización y ostracismo», así como ataques directos contra centros de cuarentena y tratamiento.
«Este llamamiento no va dirigido sólo a las personas: instamos a todos los gobiernos a actuar contra la desinformación y a garantizar que la asistencia de salud reciba protección por medio de la legislación nacional», han indicado las organizaciones firmantes, al tiempo que han insistido en que todos los profesionales sanitarios tengan un entorno de trabajo «seguro».
Asimismo, han reclamado «apoyo» en materia de salud mental no sólo para las víctimas de este tipo de violencia, sino también para las personas que trabajan bajo niveles de estrés cada vez más altos.
«Asegurar que los trabajadores de la salud estén seguros y puedan desempeñar sus tareas es crucial para su protección, para lograr la atención de las personas afectadas por la enfermedad y para salvar vidas. El personal de la salud está, por definición, expuesto al virus en su actividad vital y no debe ser estigmatizado por ello», han insistido.