El coronavirus aún no es epidemia en RCA, pero sus efectos ya se hacen sentir entre la población
La ONU pide más fondos para atender las necesidades humanitarias que ya había en el país y esta nueva emergencia
En República Centroafricana (RCA) el coronavirus aún no se ha convertido en epidemia, ya que por el momento hay menos de un centenar de casos, pero ya se está dejando sentir en el día a día de la población, que aún sufre las consecuencias de seis años de conflicto y que en gran medida depende de la asistencia humanitaria para su supervivencia. El país no está preparado para esta pandemia, por eso la ONU pide más fondos para ayudar a los centroafricanos.
Ya antes del coronavirus, en este país del corazón de África había 2,6 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria –de unos 4,5 millones de habitantes–, 1,6 millones con serios problemas para garantizar su alimentación y 700.000 desplazados como resultado de la violencia en la que lleva sumida RCA desde finales de 2013, a pesar del acuerdo de paz firmado en febrero de 2019 entre el Gobierno y catorce de los principales grupos armados.
«Por ahora no nos tenemos que enfrentar a una epidemia pero lo que estamos viendo ya es un impacto en la vida cotidiana de la población», subraya la coordinadora humanitaria de la ONU en RCA, Denise Brown. «Inmediatamente se produjo una subida de precios en los alimentos importados que llegan a través de Camerún y ahora también la estamos viendo en los producidos a nivel local, así como una subida de los costes de transporte debido a las restricciones en vigor», explica en una entrevista a Europa Press.
Pero, desafortunadamente, «la gente no está recibiendo dinero extra» para poder afrontar ese sobrecoste en los alimentos o el transporte por lo que sus vidas, «ya de por sí difíciles, se están viendo afectadas». Por ahora, sin embargo, el Gobierno centroafricano no ha impuesto un confinamiento como el que hay en vigor en muchos países en todo el mundo algo que, incide Brown, sería complicado aquí dado que la población depende principalmente de la economía informal y vive el día a día.
Otra de las consecuencias que se están percibiendo ya es un aumento de la violencia sexual y doméstica. Esta misma semana, el portavoz de la Misión de la ONU en RCA (MINUSCA), Vladimir Monteiro, informaba de un aumento del 24 por ciento de los casos de violencia de género, en particular la violencia doméstica y las violaciones.
Así, entre febrero y abril los golpes y lesiones han aumentado en un 45 por ciento mientras que los casos de violación lo han hecho en un 2 por ciento, sobre todo a menores, según el portavoz.
En la última semana, los casos de coronavirus han aumentado rápidamente, en comparación a como lo habían venido haciendo desde que se confirmó el primero. Según el último balance ofrecido por el Ministerio de Sanidad, este jueves se confirmaron 14 nuevos casos –12 de ellos importados–, por lo que son ya 64 los contabilizados en el país, que aún no ha registrado ninguna víctima mortal.
UN SISTEMA DE SALUD DEBILITADO POR EL CONFLICTO
Aunque como reconoce Denise Brown, «ningún país estaba preparado para esta pandemia», en el caso de RCA seis años de conflicto en un país ya de por sí pobre han dejado un sistema de salud que no está listo para afrontar una emergencia sanitaria de este calado, con tan solo tres respiradores para todo el país. «No hay los equipos de protección necesarios, como mascarillas o guantes, pero afortunadamente ya tienen test», subraya.
Al contrario que en otros países golpeados por el coronavirus, en RCA, tanto la ONU como las organizaciones humanitarias «están en el medio» de la respuesta ya que el Ministerio de Salud no puede hacerlo frente en solitario. «Estamos totalmente comprometidos», asegura, «pero el mayor problemas son los fondos». Por ahora, subraya, de los algo más de 400 millones de dólares solicitados para la respuesta humanitaria en 2020, «solo tenemos el 23 por ciento» mientras que en 2019 se recibieron el 70 por ciento de los fondos.
«Necesitamos que el mundo se despierte y preste atención a los países en conflicto que ya estaban sufriendo y a los que mantenía la asistencia humanitaria y que ahora se enfrentan a una nueva amenaza», defiende Brown. «Por favor no os olvidéis de países como RCA porque sino no lo conseguiremos», alerta.
La coordinadora humanitaria reconoce que el peor escenario que contempla «es un contagio generalizado en Bangui y luego en los asentamientos de desplazados», donde la gente vive en condiciones inadecuadas y hacinada. «Esa es la pesadilla que me mantiene despierta por las noches», subraya y añade: «Como humanitarios siempre nos preparamos para lo peor y esperamos lo mejor».
Por ahora, el personal de la ONU y de las ONG sigue en el terreno realizando sus actividades de asistencia aunque sí se han recudido algunos movimientos ya que, «dado que el virus parece concentrado en Bangui estamos teniendo mucho cuidado de no llevarlo fuera de la capital».
TENSIONES POLÍTICAS Y VIOLENCIA
La pandemia ha llegado a RCA en un momento delicado también desde el punto de vista político. A pesar de que el acuerdo de paz hizo remitir en buena medida el nivel de violencia, en los últimos meses han sido repetidos los estallidos en distintos puntos del país, el último de ellos en Ndélé esta misma semana. Un enfrentamiento entre grupos armados rivales se saldó con 25 muertos, entre ellos 21 civiles.
«En estos momentos la MINUSCA tiene que hacer frente a dos grandes crisis, la relativa al coronavirus pero también el entorno de inseguridad imperante en el país y el mantenimiento del acuerdo de paz», señala Brown, que subraya que por ahora «el acuerdo de paz sigue en vigor» pese a que el pasado fin de semana algunos de los principales grupos armados anunciaran su salida del Gobierno y criticaran la gestión gubernamental.
«Esta es una situación nueva y este virus no respeta fronteras ni estatus socieconómico, cultura o religión, así que la gente tiene que unirse en la lucha, dejar sus diferencias a un lado», reivindica Brown, que confía en que finalmente sea eso lo que se impongan «porque la población de este país ha sufrido mucho y durante mucho tiempo».
Por otra parte, están previstas elecciones presidenciales el próximo 27 de diciembre en las que el presidente, Faustin Archange Touadéra, buscará la reelección. Debido al coronavirus, se ha especulado con que el país se vea en la necesidad de aplazar los comicios e incluso se ha presentado una propuesta en la Asamblea para llevar a cabo una reforma constitucional que permita, llegado el caso, que Touadéra pueda seguir en el cargo cuando termine su mandato si no se han celebrado los comicios.
En este sentido, Brown, que es la encargada por parte de la ONU de la organización de los comicios, asegura que «por ahora no hay ninguna razón para pensar que no se respetará el calendario previsto». «El país tiene que caminar hacia unas elecciones y necesita unos comicios creíbles», sostiene, subrayando que lo que los centroafricanos necesitan es estabilidad. «Haremos todo lo que podamos para asegurarnos de que esas elecciones se celebran a tiempo y son transparentes», recalca.