Amnistía denuncia la muerte del activista político Abdulá al Hamid en una cárcel en Arabia Saudí
Amnistía Internacional ha denunciado este viernes la muerte de Abdulá al Hamid durante su detención en Arabia Saudí, tal y como había informado previamente la ONG Fundación por el Sustento Adecuado, a consecuencia de un ictus derivado de problemas de hipertensión que las autoridades saudíes nunca atendieron correctamente, según la organización.
Según Amnistía, Al Hamid recibió noticia hace tres meses de que necesitaba ser operado con urgencia del corazón. Sin embargo, fue amenazado por las autoridades saudíes de que si informaba a su familia de su estado, le restringirían toda comunicación con sus seres queridos.
Al final, Al Hamid padeció el mencionado ictus el 9 de abril y siguió bajo detención durante un ingreso, ya en coma, en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Al Shumaisi en Riad.
Al Hamid, de 69 años, fue miembro fundador de la Asociación de Derechos Políticos y Civiles de Arabia Saudí (ACPRA, por sus siglas en inglés). La organización, bajo el lema Conoce tus derechos , estaba comprometida con la defensa y difusión de las libertades fundamentales recogidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
«Nos encontramos devastados por las noticias de la muerte del doctor Abdulá al Hamid durante su detención. Era un valiente abanderado de los Derechos Humanos en Arabia Saudí, y estaba dispuesto a construir un mundo mejor para todos nosotros», ha lamentado la directora de estudios e investigación de Amnistía para Oriente Próximo, Lynn Maalouf.
Como defensor de los Derechos Humanos, escritor y académico, Al Hamid había escrito en profundidad sobre los Derechos Humanos y la independencia del Poder Judicial, y ejerció como profesor de Literatura Contemporánea en la Universidad Islámica Al Imam Muhamad bin Saud, en la capital saudí, antes de ser despedido por su activismo.
En marzo de 2012, él y Mohammad al Qahtani, un miembro fundador de ACPRA, fueron arrestados e interrogados sobre su trabajo con ACPRA y su activismo pacífico. En marzo de 2013, fueron condenados a 11 y 10 años de prisión, respectivamente, por «quebrar su lealtad a los gobernantes», en referencia a la familia real saudí, «alterar la seguridad e incitar al desorden llamando a manifestaciones», e «instigar a las organizaciones internacionales contra el Reino». Le sobreviven su esposa y ocho hijos.
«Una vez más», concluye Maalouf, «pedimos a las autoridades de Arabia Saudita que liberen de forma inmediata e incondicional a todos los que siguen encarcelados únicamente por ejercer pacíficamente sus derechos humanos».