HRW llama a investigar la violencia machista y garantizar sentencias «apropiadas» en Irak

La ONG Human Rights Watch (HRW) ha llamado este miércoles a investigar la violencia machista y a garantizar sentencias «apropiadas» en este sentido en Irak, al tiempo que ha reclamado a los legisladores iraquíes la aprobación de una ley que la persiga en el país.

«La violencia doméstica siempre ha afectado a Irak», ha lamentado la investigadora principal para crisis y conflictos de HRW, Belkis Wille. «Vemos caso tras caso de mujeres y niñas que mueren a manos de sus familias, pero los legisladores de Irak no hacen nada para salvar vidas», ha agregado.

HRW ha recordado que la violencia machista sigue siendo un problema «grave» en Irak. Un estudio del Ministerio de Planificación iraquí, realizado en 2012, reveló que al menos el 36 por ciento de las mujeres casadas habían afirmado sufrir algún tipo de abuso psicológico por parte de sus esposos; el 23 por ciento abuso verbal; el 6 por ciento violencia física y el 9 por ciento violencia sexual.

La Constitución iraquí prohíbe expresamente «todas las formas de violencia y abuso en la familia», pero sólo la región del Kurdistán tiene una ley sobre violencia doméstica.

Además, el Código Penal iraquí penaliza el asalto físico, pero carece una mención explícita sobre la violencia doméstica. En cambio, el artículo 41 proporciona al esposo el derecho legal de «castigar» a su esposa y a los padres a disciplinar a sus hijos «dentro de los límites prescritos por la ley o la costumbre».

También el Código Penal establece sentencias reducidas por actos violentos, incluido el asesinato, si se cometen por «motivos honorables» o por sorprender a la esposa o a un pariente cometiendo adulterio o manteniendo relaciones sexuales fuera del matrimonio.

Las acciones para aprobar un proyecto de ley contra la violencia doméstica en Irak se estancaron durante 2019 y 2020. La miembro del comité de Derechos Humanos del Parlamento de Irak Wahda Jumaili, ha explicado a HRW que algunos miembros bloquearon la ley porque no creen que el estado deba castigar los asesinatos por honor o los castigos corporales infligidos de padres a hijos.

La versión de 2019 del proyecto de ley contra la violencia doméstica, al que ha tenido acceso HRW, incluye disposiciones para las mujeres supervivientes de violencia machista, órdenes de protección, sanciones por su incumplimiento y el establecimiento de un comité interministerial para combatirla. Sin embargo, la ONG ha criticado que el proyecto de ley tiene «varias lagunas y disposiciones que minarían su eficacia».

RECONCILIACIÓN SOBRE JUSTICIA

Human Rights Watch ha precisado también que un problema «importante» del proyecto de ley es que prioriza la reconciliación sobre la protección y la justicia para las víctimas.

La directora de la Organización de Mujeres por la Paz, Shatha Naji, ha indicado que las víctimas de violencia machista en Irak rara vez presentan denuncias penales a través de la Policía. En cambio, la Policía local desempeña un papel mediador y en lugar de aplicar la ley, y se enfoca en reconciliar a la víctima y al victimario de acuerdo con las prácticas de la comunidad.

Por otra parte, Irak tiene pocos refugios para este menester y las víctimas de violencia machista a menudo se alojan temporalmente en cárceles de mujeres. En este sentido, el proyecto de ley de 2019 establece refugios gubernamentales coordinados con las organizaciones locales de derechos de la mujer.

HRW ha ejemplificado sus palabras con un caso real. El 12 de abril, circuló por redes sociales el vídeo de una mujer que se encontraba en el hospital con quemaduras graves. Su madre contó a la ONG que hacía ocho meses que su hija, de 20 años, se había casado con un oficial de Policía y que sólo le había permitido visitarlos una vez desde entonces.

El 8 de abril, el esposo de su hija le llamó para decirle que su tuvo un «accidente con quemaduras leve» y que se encontraba en el hospital. La mujer oía a su hija gritar. Se apresuró al centro sanitario, pero él le impidió verla. La Policía le tomó declaración mientras su madre permanecía sin poder ingresar en la habitación.

Después, el 11 de abril, pudo finalmente entrar a verla, y su hija le dijo que su esposo le había golpeado «tanto» que el 8 de abril se roció con gasolina y le advirtió de que, al menos que se detuviera, se prendería fuego.

«Todavía no sé si él le prendió fuego o fue ella misma, pero me dijo que se quemó durante tres minutos mientras él sólo observaba y, finalmente, su suegro, que también es policía, entró y apagó el fuego», ha relatado la mujer a HRW.

«Les rogó que la llevaran al hospital, pero esperaron más de una hora antes de hacerlo. Su suegro fingió ante la Policía que él era su padre y les dijo que el incendio había sido un accidente», ha agregado.

La joven murió el pasado sábado. El gobernador de la provincia de Najaf, donde han sucedido los hechos, ha comentado a HRW que el caso probablemente se resolvería a través de una mediación entre el clan familiar del marido y el clan familiar de la mujer.

EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA

Además, en el contexto de crisis derivada por la pandemia del coronavirus, combatir la violencia doméstica es más urgente, ha subrayado HRW.

ONU Mujeres ya advirtió de que las órdenes de confinamiento pueden conducir a tasas más elevadas de violencia en el hogar, como demuestran los picos de violencia doméstica en países como Brasil, China, Francia, Kenia, Kirguistán, Sudáfrica o Reino Unido.

En este contexto, la ONG considera que las medidas en torno a los confinamientos deberían incluir garantizar que las víctimas de violencia doméstica no sean arrestadas cuando buscan asistencia o escapan de la violencia.

«Las autoridades deben comunicar de inmediato la tolerancia cero a la violencia doméstica y garantizar que las líneas directas y otras asistencias estén disponibles para las supervivientes, sus vecinos o sus familias para denunciar los abusos», ha insistido HRW.

También han concretado que las autoridades deben establecer procedimientos para intervenir y ayudar a las supervivientes, asegurando órdenes de refugio o protección que permitan expulsar a los agresores de sus hogares.

«No debería ser necesaria una pandemia global para que los legisladores iraquíes aborden la otra pandemia mortal de violencia doméstica, pero no hacerlo costará más vidas», ha zanjado Wille.

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