Abdulá propone a Ghani formar un nuevo gobierno de unidad nacional en Afganistán
El equipo de Abdulá Abdulá ha remitido al presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, una propuesta para conformar un nuevo gobierno de unidad nacional en el que Abdulá volvería a ejercer como primer ministro, según ha informado la cadena de televisión Ariana.
Tras semanas de crisis política por la negativa de Abdulá a aceptar los resultados de las elecciones presidenciales de septiembre proclamados por la Comisión Electoral, que concedió la victoria sin necesidad de segunda vuelta a Ghani, el equipo del ex primer ministro ha remitido al palacio presidencial su propuesta para conformar un «gobierno inclusivo» que cuente con la participación de Abdulá y Ghani a partes iguales.
Los seguidores de Abdulá han explicado que la propuesta contempla todas las demandas que el ex primer ministro afgano –que protagonizó su propia toma de posesión presidencial el mismo día que Ghani asumió su segundo mandato– pretende mantener hasta el final de la negociación política. Por su parte, el Gobierno de Kabul ha dicho que está negociando con los líderes políticos y que no se ha llegado a ningún acuerdo hasta el momento.
La propuesta implica que Ghani y Abdulá se repartirían el poder al 50 por ciento en el seno de un nuevo gobierno de unidad nacional, siguiendo el ejemplo de la anterior legislatura.
Bashir Ahmad Tahyenj, miembro del equipo electoral de Abdulá, ha confirmado que se ha enviado a Ghani una propuesta en la que «la cuota y la autoridad de Abdulá están claras». «Si nuestras demandas no se aceptan, nuestra forma de conformar un gobierno inclusivo está clara», ha señalado.
La crisis política se mantiene en Afganistán desde que la Comisión Electoral proclamó como vencedor de las elecciones presidenciales de septiembre al actual mandatario y su principal rival se negó a aceptar el resultado argumentando que los comicios habían sido fraudulentos.
El 9 de marzo, Ghani y Abdulá realizaron sendas tomas de posesión como presidentes de Afganistán a escasos metros de distancia en dos palacios distintos en Kabul y, desde entonces, mantienen sus diferencias políticas sin que los intentos de Estados Unidos por mediar para lograr un acuerdo hayan obtenido resultados.
A la crisis política se suma el incipiente proceso de paz con los talibán, que todavía no ha arrancado oficialmente por las discrepancias del Ejecutivo afgano en cuanto al intercambio de presos acordado por el movimiento integrista y Estados Unidos en el acuerdo de paz firmado en Doha el 29 de febrero.
El pacto fija un calendario de retirada de tropas estadounidenses e internacionales y abre la puerta a un diálogo entre líderes afganos pero no establece un alto el fuego. De hecho, los talibán han mantenido su campaña de ataques contra las fuerzas de seguridad afganas y solo han dejado de atacar a las tropas internacionales.
