España entra a formar parte del Centro para la Integración del Mediterráneo
España forma parte oficialmente desde este lunes del Centro para la Integración del Mediterráneo (CMI), un programa del Banco Mundial para la región creado en 2009 y que tiene entre sus miembros y socios a agencias de desarrollo, gobiernos centrales, autoridades locales y miembros de la sociedad civil.
Con su integración, que se ha producido en Marsella, donde tiene la sede el CMI, España viene a sumarse a otros países miembro como Egipto, Francia, Grecia, Italia, Jordania, Líbano, Marruecos, Palestina y Túnez, así como a distintas autoridades locales y regionales junto al Banco Mundial, que asume su gestión, y el Banco Europeo de Inversiones. El Servicio Europeo de Acción Exterior participa en calidad de observador.
«Estamos muy orgullosos de recibir a España como nuevo miembro del CMI», ha señalado su directora, la española Blanca Moreno-Dodson, en un comunicado. «Convertir nuestra estrecha colaboración con España en una adhesión oficial significa comenzar una nueva etapa donde un CMI más fuerte e inclusivo podrá contar con la experiencia y la influencia españolas», ha subrayado.
Según la responsable del CMI, la ampliación de la cooperación regional en el Mediterráeno es esencial «especialmente, en el momento presente cuando desafíos comunes como el cambio climático o la emigración clandestina requieren acciones conjuntas».
El CMI busca influir en la toma de decisiones y establecer vínculos de unión entre las dos orilla del Mediterráneo a través de sus actividades de intercambio de experiencias y conocimientos, apoyo a la formación de capacidades, trabajos analíticos y diálogos técnicos al más alto nivel. El objetivo en último término, ha explicado en su nota, es promover la estabilidad y el progreso en una región decisiva para el resto del mundo.

