Promesas incumplidas: Las niñas tienen mayor acceso a educación pero viven en un mundo más violento
El matrimonio infantil o la mutilación genital femenina aún no son cosa del pasado
En 1995 se aprobaba la Declaración de Pekín, que marcó un punto de inflexión en la promoción de la igualdad y los derechos de mujeres y niñas. Veinticinco años después, la igualdad sigue siendo una tarea pendiente en muchos ámbitos de la vida de las mujeres y, si bien las niñas gozan de un mayor acceso a la educación, el riesgo de que sean víctimas de violencia persiste.
Esa es la conclusión a la que han llegado ONU Mujeres, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y Plan International en su informe Una nueva era para las niñas: balance de 25 años de progreso , en el que pasan revista a los avances logrados en este periodo, los cuales son desiguales por regiones y países, así como a las tareas pendientes y los nuevos desafíos.
Actualmente, en el mundo hay 1.100 millones de niñas menores de 18 años que se convertirán en «la mayor generación de mujeres líderes, empresarias e impulsoras del mayor cambio que el mundo nunca ha visto», resaltan las tres organizaciones en el informe, que lamentan que «las niñas aún siguen enfrentándose a enormes obstáculos en un mundo que aún favorece a niños y hombres».
El mayor avance se ha registrado en el acceso a la educación, ya que el número de niñas que no van a la escuela ha disminuido en 79 millones entre 1998 y 2018. A nivel de la educación primaria, sigue habiendo más niñas que niños fuera de la escuela, pero en lo que se refiere a la educación secundaria, actualmente hay 97 millones de niñas que no la reciben frente a 102 millones de niños.
El que las niñas completen su educación primaria las aleja de los matrimonios y los embarazos tempranos, resalta el informe. Hoy en día, dos de cada tres niñas realizan estudios secundarios en comparación con una de cada dos en 1998. Así las cosas, cuatro de cada niñas completan en la actualidad sus estudios primarios pero solo dos de cada cinco completa la educación secundaria. Además, inciden las organizaciones, «muchas no reciben una educación de calidad».
En estos 25 años, señala la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, los gobiernos «solo han cumplido parcialmente su promesa». En este tiempo, se ha demostrado «la voluntad política necesaria para enviar a muchas niñas a la escuela» pero se ha «fracasado vergonzosamente a la hora de dotarlas de las aptitudes y el apoyo que necesitan no solo para labrarse su propio futuro, sino para vivir con seguridad y dignidad», subraya Fore.
Por su parte, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, llama la atención sobre el hecho de que mujeres y niñas «tienen que emplear el triple de tiempo y energía que los hombres en las tareas domésticas» y previene de que salvo que esto cambie «la igualdad de oportunidades (…) seguirá estando fuera del alcance». «Eso tiene que acabar», reivindica.
Según el informe, en más de cinco de cada seis países las niñas de 10 a 14 años tienen más probabilidades que los niños de su misma edad de dedicar 21 horas o más a tareas domésticas a la semana. Por otra parte, la cifra de los conocidos como ni-ni , los adolescentes que ni estudian ni trabajan, también es superior entre las niñas, con casi una de cada cuatro con edades comprendidas entre los 15 y los 19 años en esta situación, frente a uno de cada diez chicos.
La jefa de UNICEF advierte de que «el acceso a la educación no es suficiente» sino que también hace falta «cambiar los comportamientos y las actitudes hacia las niñas». «La verdadera igualdad solo llegará cuando todas las niñas estén a salvo de la violencia, sean libres de ejercer sus derechos y puedan disfrutar de las mismas oportunidades en la vida», recalca.
VÍCTIMAS DE VIOLENCIA SEXUAL
Sin embargo, la violencia acecha de forma continuada a las niñas, especialmente la violencia de género, la cual «tiene un impacto de por vida» en ellas. Unos 13 millones de adolescentes de entre 15 y 19 años –o lo que es lo mismo una de cada 20– ha sido víctima de sexo forzado en su vida, pero muy pocas de ellas han buscado ayuda profesional.
Mujeres y niñas también constituyen el 70 por ciento de las víctimas de las trata de personas a nivel mundial, una cifra que en el caso de las menores de edad llegaba al 23 por ciento en 2016. La mayoría de ellas, resalta el informe, «fueron traficadas para la explotación sexual».
Otro de los desafíos al que se enfrentan más las niñas que los niños es el del matrimonio infantil. Aunque la cifra en estos 25 años de mujeres casadas cuando eran niñas ha pasado de ser de una de cada cinco a una de cada cuatro, a fecha de hoy se estima que unos 12 millones de niñas son casadas cada año antes de cumplir la mayoría de edad.
ONU Mujeres, UNICEF y Plan International también han constatado un declive en la práctica de la mutilación genital femenina, si bien una de cada tres adolescentes todavía son sometidas a la misma en los 31 países en los que se realiza. A medida que la práctica se ha ido limitando y prohibiendo, también ha ido aumentando el rechazo hacia la misma, duplicándose en los países donde existe una elevada prevalencia.
MENOS EMBARAZOS ADOLESCENTES
En el plano de la salud, se ha constatado un descenso en los embarazos adolescentes. En estos 25 años, la tasa de maternidad adolescente ha pasado de 60 de cada 1.000 chicas de 14 a 19 años a 44 nacimientos por cada 1.000. La disminución ha sido desigual, siendo África Subsahariana el caso más evidente, ya que pese a que los embarazos adolescentes se han reducido un 22 por ciento la tasa es de 103 por cada 1.000.
Por otra parte, las adolescentes siguen siendo las más perjudicadas por el VIH, con tres de cada cuatro nuevos contagios a nivel mundial en este grupo de edad. Según el informe, en la actualidad hay 970.000 chicas de entre 10 y 19 años con VIH en el mundo, en comparación con las 740.000 que había en 1995, un 31 por ciento más. Además, aunque las muertes por esta enfermedad también han disminuido, más de 300 adolescentes siguen muriendo cada semana.
Con el paso de los años, han surgido también nuevos desafíos, como el del sobrepeso vinculado al cambio en la alimentación tradicional por los alimentos procesados y poco saludables. Así, entre 1995 y 2016 la prevalencia del sobrepeso entre las niñas de 5 a 19 años se ha duplicado, pasando del 9 al 17 por ciento, duplicando el número de niñas con sobrepeso –de 75 a 155 millones–. En lo que se refiere a la desnutrición moderada y aguda, la cifra prácticamente no ha registrado cambios.
Como resume la directora general de Plan International, Anne-Birgitte Albrectsen, son las adolescentes las que «sufren una mayor discriminación debido a su edad y género» además de estar «marginadas en sus comunidades y en los espacios donde se toman las decisiones». También «son en gran medida invisibles en las políticas gubernamentales», lamenta.
Sin embargo, su empoderamiento produce «un triple beneficio social: para las niñas de hoy, para las adultas en las que se convertirán y para la próxima generación de niños», resalta Albrectsen. «Si no lo comprendemos y no ponemos fin a la discriminación a la que se siguen enfrentando las niñas en todo el mundo, tendremos pocas posibilidades de alcanzar las ambiciones de igualdad de género establecidas en la Agenda 2030», previene.
Entre las peticiones que realizan las tres organizaciones para lograr la igualdad, una fundamental: se les debe dar la oportunidad de ser agentes de cambio y de que se escuche su voz en cualquier toma de decisión que tenga que ver con sus cuerpos, educación, carrera profesional y futuro. «Todas las acciones deberían situar las voces de las niñas en el centro; ninguna decisión para las niñas sin las niñas».