La langosta del desierto amenaza la supervivencia de miles de personas en el Cuerno de África

Uno de los enjambres de Kenia se extiende 2.400 kilómetros cuadrados, más que la provincia de Vizcaya

La langosta del desierto es una especie con una capacidad destructora similar a la del fuego. Allá por donde pasan sus enjambres, los pastos y cosechas pueden quedar consumidos prácticamente por completo, como han comprobado a su pesar varios países del Cuerno de África que temen ya ser víctimas de una plaga tan bíblica como real.

La langosta del desierto está considerada la especie migratoria más destructiva del mundo, toda vez que un enjambre extendido por un kilómetro cuadrado es capaz de comer al día la misma cantidad de alimentos que 35.000 personas. Una crisis como la del este de África puede llegar a albergar hasta 150 millones de langostas por kilómetro cuadrado.

En el norte de Kenia, se ha avistado un enjambre de 2.400 kilómetros cuadrados –una superficie superior a la de la provincia de Vizcaya y casi similar a la de todo Luxemburgo–, con un impacto alimentario equivalente a más de 80 millones de personas.

El subdirector de la división de emergencias de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Daniele Donati, reconoce en una entrevista a Europa Press que las cifras de las que disponen son «muy generales», pero con las estimaciones que ya hay encima de la mesa se evidencia que es «la infestación más intensa desde hace varias décadas» y, en consecuencia, «extremadamente destructora».

En Etiopía y Somalia, el nivel de presencia de estos animales no tiene precedentes en 25 años y, en el caso de Kenia, se trata de una situación inédita en siete décadas. La amenaza se cierne también sobre Yibuti y Eritrea, donde se ha detectado ya actividad, o incluso sobre Sudán del Sur y Uganda, dos países fronterizos con Kenia.

Este tipo de langosta se mueve con relativa facilidad, entre 100 y 150 kilómetros al día si los vientos son favorables, como lo demuestra la capacidad con que estos animales, que teóricamente procederían de la península Árabiga, han podido saltar el mar Rojo para llegar al Cuerno de África.

RESPONDER A LA EMERGENCIA

«Si no se controla la población, se multiplica por 20 cada tres meses», advierte Donati, que toma como referencia las estadísticas propias de un ciclo reproductivo medio. Así, si no se actúa ahora, en junio la población se habrá multiplicado por 500, por lo que el responsable de la OMS ve «extremadamente urgente» adoptar medidas y evitar que este mismo año se pueda hablar técnicamente de plaga, con una situación «fuera de control».

La FAO, que por ahora habla de «brote», puso en enero cifras a sus necesidades en los cinco países más afectados, con un llamamiento urgente de 76 millones de dólares del que solo ha recibido 18 millones, según fuentes consultadas por Europa Press. «El tiempo y el lugar es clave. Espero que podamos trabajar día y noche para que las personas no pierdan sus cosechas», reclamó entonces el director general de la FAO, Qu Dongyu, ante unos meses que se avecinan complicados.

Donati señala que se trata de un «plan inicial» para los cinco países más afectados y avisa: «Si no cumplimos estos programas, en unos pocos meses nos veremos obligados a volver a hablar con nuestros donantes para pedir el doble o el triple». En este sentido, espera una «respuesta más enérgica», en la medida en que entiende que la comunidad internacional es «perfectamente consciente» de lo que está en juego.

«El paso de las langostas puede ser extremadamente perjudicial para cosechas y pastos, en algunos casos (con un nivel de destrucción) del cien por cien. Son como el fuego», señala este responsable de la FAO, que recuerda que en la zona ya hay doce millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y más de 20 millones en riesgo.

La directora de Oxfam para el Cuerno de África, Lydia Zigomo, subraya en un comunicado la necesidad de atajar «rápidamente» la presencia de las langostas «antes de la próxima temporada de cosecha, entre marzo y julio». La ONG, entretanto, prevé asistir con dinero a los damnificados, «sobre todo pequeños agricultores y pastores», para que pueda adquirir tanto comida para ellos como alimento para el ganado.

«El mayor impacto de la infestación de langostas no se sentirá hoy, pero si en las próximas semanas y meses, cuando las poblaciones afectadas, incluidos millones de niños, sientan la pérdida de los pastos y el acceso limitado a los productos alimenticios», coincide el responsable de World Vision para la región, Joseph Kamara.

LA NATURALEZA JUEGA EN CONTRA

La asistencia alimentaria forma parte de los objetivos de la ONU y de las ONG presentes sobre el terreno para responder a la emergencia, como también lo son las operaciones de control, que los países afectados son incapaces de acometer «con éxito» por sí solos.

Donati explica que se pueden emprender tareas en tierra, pero solo cuando se trata de langostas jóvenes. Para las ya maduras, se hace necesario proceder con batidas aéreas dos veces al día, a primera hora de la mañana y antes de que anochezca, porque son los momentos en que las langostas carecen de la suficiente energía para escapar.

El experto en clima Richard Munang, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), explica en una reciente entrevista publicada por dicha organización que en casos como este se complica el uso de depredadores naturales, «ya que las langostas escapan con rapidez de la mayoría de sus enemigos», y no se puede depender del consumo por parte de humanos y pájaros, ya que «no basta para reducir significativamente los niveles de población».

De hecho, en el caso de este repunte de langosta del desierto, lo que ha fallado precisamente es el ciclo natural, ya que en circunstancias normales se trata de una especia limitada a zonas áridas o semiáridas de África, Oriente Próximo y el sudeste asiático y la población desciende por muerte natural o migraciones.

Sin embargo, los últimos estudios evidencian que una subida mantenida de las temperaturas y un alto nivel de humedad favorece la multiplicación y la capacidad destructora de las langostas. En el caso del Cuerno de África, a la sucesión de sequías e inundaciones de los últimos años se ha sumado un contexto social y de desarrollo específico.

«Aunque el cambio climático es un fenómeno global, África es especialmente vulnerable. Esta vulnerabilidad deriva principalemtne de los bajos niveles de desarrollo socieconómico. La población pobre (…) carece de los recursos suficientes para recuperarse de los efectos del cambio climático», lamenta Munang.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Militares se manifiestan este sábado frente a Defensa para pedir mejores condiciones y suspender la salida a los 45 años
Las mujeres de Sudán del Sur, en la vanguardia de la lucha contra el hambre

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, considere ayudarnos desactivando su bloqueador de anuncios