El Corte Inglés explora nuevas fórmulas de servicios financieros junto al Santander
Sin que, por el momento, haya solicitado autorización al Banco de España para crear su propio banco
El Corte Inglés se encuentra inmerso en la búsqueda de nuevas fórmulas de servicios financieros y de expansión de negocio de la mano del Banco Santander, su socio en la división financiera, según han informado a Europa Press en fuentes del grupo de distribución.
En el marco de esta revisión del negocio, la compañía presidida por Marta Álvarez estaría estudiando diversas alternativas para diversificar sus servicios financieros, donde está presente con su división Financiera El Corte Inglés, sociedad en la que la entidad presidida por Ana Botín ostenta el 51% del capital, aunque todavía no hay una decisión tomada al respecto.
Estas nuevas iniciativas podrían centrarse en la extensión de operaciones a los clientes de la tarjeta de El Corte Inglés y la ampliación de préstamos a cualquier tipo de cliente, sea o no titular de la tarjeta de la compañía, que ha reconocido el análisis de iniciativas financieras, sin que, por el momento, haya solicitado autorización al Banco de España para crear su propio banco.
No obstante, El Confidencial señala, citando fuentes próximas a las conversaciones, que el grupo de distribución sí ha solicitado permiso al Banco de España para poder ofrecer servicios financieros a clientes externos, como confirming , factoring o préstamos a pymes, una iniciativa que contaría con el apoyo de la entidad presidida por Ana Botín.
Así, los clientes podrán utilizar las tarjetas del grupo para pagar cualquier tipo de compra y no se limite su uso a las operaciones en los centros comerciales de la empresa de grandes almacenes. En cuanto a los créditos al consumo a través de la financiera con el Santander, ambos socios, según el portal, quieren extender la aprobación de préstamos a cualquier tipo de cliente, sea o no titular de la tarjeta de la compañía, y cualquier tipo de operaciones.
El Corte Inglés alcanzó unas ventas de 7.613 millones de euros en el primer semestre de su ejercicio fiscal 2019, comprendido entre el 1 de marzo y el 31 de agosto, lo que supone un incremento del 1,3% (un 1,7% a superficie comparable) respecto a un año antes, al tiempo que elevó un 14% su resultado bruto de explotación (Ebitda), hasta 386 millones de euros.
Asimismo, la deuda desciende en 538 millones de euros en el acumulado de 12 meses (253 millones en los últimos seis meses), situándose en 3.114 millones al final del periodo. La compañía ha achacado esta evolución positiva al comportamiento del negocio y a las desinversiones realizadas en activos no estratégicos por valor de 193 millones de euros.