Carabineros denuncia el incendio «por una turba de vándalos» de una iglesia vinculada al cuerpo en Santiago
Carabineros de Chile ha denunciado este viernes que «una turba de vándalos» ha incendiado la iglesia de San Francisco de Borja, en Santiago, destinada al servicio religioso del cuerpo policial.
«Lamentamos profundamente informar que la iglesia institucional San Francisco de Borja, donde fueron despedidos nuestros más de mil mártires, es incendiada por una turba de vándalos», ha indicado el cuerpo policial mediante su cuenta de Twitter.
Según han recordado, el templo, en el que los Bomberos ya están actuando, fue construido en 1876 y fue entregado a Carabineros hace más de cuarenta años.
Cerca de la iglesia se han registrado barricadas y enfrentamientos entre Carabineros y manifestantes y la Policía ha usado gases lacrimógenos, ha recogido Radio Cooperativa.
Por su parte, la portavoz del Gobierno chile, Karla Rubilar, ha lamentado el incendio del templo y ha criticado que «esto no se trata de derecho a reunión ni a manifestación pacífica».
«Esto es violencia que impide recuperar la paz que la inmensa mayoría quiere. No justifiquen esta destrucción con las legítimas demandas sociales», ha expresado a través de Twitter, al tiempo que se ha preguntado que «de qué manera se defienden los derechos y la dignidad así».
La represión que Carabineros lleva a cabo de las protestas en Chile, que comenzaron el 17 de octubre, está siendo duramente criticada. De hecho, la oposición chilena ha exigido la dimisión del director de Carabineros, Mario Rozas, por su estrategia de represión.
Las protestas en Chile estallaron contra la cuarta subida del precio del metro en pocos meses y crecieron rápidamente hasta denunciar la desigualdad social y plantear la necesidad de elaborar una nueva Constitución. Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), 3.557 personas han resultado heridas durante las movilizaciones.
El presidente, Sebastián Piñera, que llegó a declarar el estado de emergencia desplegando a las Fuerzas Armadas, pidió perdón por no escuchar el clamor de los chilenos y propuso una «agenda social». Para hacerla realidad, remodeló el Gobierno e inició un diálogo con los partidos políticos, tanto opositores como oficialistas.
