El 95 por ciento de los refugiados sirios que han huido a Irak por la ofensiva turca descartan volver

Recomiendan a todas las partes que garanticen la seguridad de los refugiados y la asistencia humanitaria

El 95 por ciento de los refugiados que han huido del noreste de Siria tras la operación militar turca no puede volver a su país y planea establecerse en Irak, según el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).

En una encuesta realizada por la ONG en el campo de refugiados de Bardarash, en el norte de Irak, el 69 por ciento de los entrevistados ha señalado que las principales razones para no volver a Siria son los combates y la incertidumbre, mientras que el 17 por ciento ha asegurado que no tiene un hogar para regresar porque ha sido destruido u ocupado.

Un 10 por ciento ha destacado que su principal razón para no volver son las represalias de las Fuerzas Armadas sirias y turcas, así como el temor a que ellos o alguna persona cercana sea reclutada por las fuerzas kurdas YPG o el Ejército sirio.

«La operación militar turca ha marcado la vida de decenas de miles de familias sirias», ha afirmado el director regional del NRC en Oriente Próximo, Carsten Hansen, que ha añadido que las familias les cuentan historias «terribles» de violencia y de las dificultades que puedan encontrar para escapar a un «lugar seguro». «Necesitan que se les ofrezca protección a largo plazo, en Irak o en otras zonas donde hayan huido», ha añadido.

Sorya Ahmed, una refugiada de 55 años, ha señalado a NRC que no tiene dónde volver porque su casa ha sido quemada y sus vecinos han huido también de sus hogares. «Aunque tuviera que comer tierra aquí en el campo, nunca volvería a Siria», ha expresado.

El estudio, que se encuentra dentro del informe de NRC Medidas Desesperadas , ha confirmado, según la ONG, «el miedo generalizado, el sufrimiento y la desesperación» de las personas que se encuentran en el noreste de Siria desde que Turquía comenzó su operación militar el pasado 9 de octubre, tras la retirada anunciada de las fuerzas estadounidenses.

Según los datos de la organización, este conflicto ha forzado a más de 17.900 sirios a huir a Irak y ha generado también 220.000 desplazados internos. Además, han sostenido que mientras la mitad de los desplazados internos ha vuelto a sus casas, las personas que han huido a Irak no pueden acceder a servicios básicos y no saben lo que va a ser de ellas.

La ONG ha mantenido que los refugiados les han hablado de unos viajes desgarradores, huyendo de los bombardeos y el avance de las tropas, donde eran obligados a avanzar por las montaña en plena noche, además de pagar cientos de dólares a traficantes para que no les devolvieran a Siria.

En este contexto, según la encuesta de NRC, el 90 por ciento de los refugiados entrevistados ha indicado que ha tenido que dejar a sus familiares, la mayoría de ellos porque no podían pagar las tarifas de los traficantes o porque estaban demasiado débiles para poder viajar.

El 40 por ciento de los entrevistados ha señalado la incapacidad de poder salir del campo de refugiados como su principal preocupación.

En cuanto a los desplazados dentro del país, la ONG ha recordado que muchas áreas del país continúan sin agua ni electricidad, además de que continúan la incertidumbre y los combates.

PROTEGER A CIVILES Y ASISTENCIA HUMANITARIA

El NRC ha lanzado una serie de recomendaciones para poder paliar esta situación, entre las que ha pedido al Gobierno de Turquía que garantice todas las medidas posibles para proteger a los civiles y que asegure el acceso a la asistencia humanitaria en el noreste de Siria.

Además, ha exigido a la administración kurda del noreste que revise su política sobre las salidas de la región en condiciones seguras. Esto incluiría simplificar los procesos para los solicitantes de asilo sirios.

Las autoridades del Kurdistán iraquí deberían de acelerar las medidas para mejorar la libertad de los refugiados sirios, además de permitir que tengan la opción de solicitar los permisos de residencia desde los campos, según la ONG.

Por último, NRC ha pedido a todas las partes en el conflicto que garanticen que tanto los refugiados como los desplazados internos puedan tener soluciones duraderas y puedan volver a sus casas si así lo desean.