AI y HRW denuncian que Turquía ha deportado a refugiados sirios al noreste antes de establecer la «zona segura»

Reclaman a las autoridades turcas que respeten la legislación que protege a los solicitantes de asilo e impide deportaciones forzadas

Amnistía Internacional y Human Rights Watch han denunciado este viernes que las autoridades de Turquía están deportando «ilegalmente» a refugiados sirios a zonas de guerra del noreste de Siria antes de que se haya llegado a establecer la «zona segura» que pretende crear la ofensiva turca Manantial de Paz .

Amnistía Internacional ha informado de que ha completado una investigación que pone de manifiesto que Turquía ha estado deportando en los meses previos a la ofensiva militar iniciada el 9 de octubre a refugiados sirios que estaban en su territorio.

«Los meses que precedieron a su incursión militar en el noreste de Siria, Turquía estuvo deportando personas refugiadas a este país asolado por la guerra antes de intentar establecer una «zona segura» en el lado sirio de la frontera como había anunciado», ha señalado.

La investigación se basa en testimonios de refugiados entrevistados por la organización no gubernamental y que han señalado que la Policía turca les golpeó o amenazó para que firmaran documentos en los que solicitaban su retorno a Siria, «cuando en realidad Turquía estaba obligándolos a regresar a una zona de guerra y poniendo sus vidas en grave peligro».

«Que Turquía afirme que hay personas refugiadas de Siria que están decidiendo volver directamente al conflicto es deshonesto y peligroso. Según nuestra investigación, más bien están siendo engañadas u obligadas a volver», ha afirmado Anna Shea, investigadora de Amnistía Internacional sobre derechos de las personas refugiadas y migrantes.

«Turquía merece reconocimiento por acoger a más de 3,6 millones de mujeres, hombres, niños y niñas de Siria durante más de ocho años, pero esta generosidad no puede servirle de pretexto para deportar a personas a zonas de conflicto activo burlando el derecho nacional e internacional», ha explicado.

AI ha dicho que, basándose en las decenas de entrevistas que realizó de julio a octubre de 2019 para su informe Enviados a una zona de guerra: Las deportaciones ilegales de refugiados sirios , la ONG ha calculado que las autoridades turcas han deportado en los últimos meses a varios cientos de refugiados. «Las autoridades turcas aseguran que un total de 315.000 personas se han marchado a Siria de forma completamente voluntaria», ha añadido.

ASEGURA QUE LOS RETORNOS NO SON «NI VOLUNTARIOS NI SEGUROS»

Amnistía ha hecho hincapié en que la deportación de personas refugiadas a Siria es «ilegal» porque «allí corren verdadero peligro de sufrir violaciones graves de Derechos Humanos». «Es estremecedor que el acuerdo alcanzado por Turquía y Rusia esta semana contemple el retorno voluntario y seguro de personas refugiadas a una zona segura aún por establecer. Los retornos hasta la fecha han sido cualquier cosa menos seguros y voluntarios, y ahora varios millones más de personas refugiadas procedentes de Siria están en situación de riesgo», ha dicho Shea.

La ONG ha señalado que su investigación muestra que muchos de los refugiados que han vuelto a Siria lo han hecho porque han sufrido coacciones o han sido directamente «engañados» por las autoridades turcas para que firme un documento de «retorno voluntario».

«Unas contaron que habían sido golpeadas o amenazadas con violencia para obligarlas a firmar. A otras les habían dicho que estaban firmando un documento de registro, para confirmar que habían recibido una manta del centro de detención, o un formulario donde expresaban su deseo de permanecer en Turquía», ha indicado.

Amnistía ha explicado que ha documentado 20 casos «verificados» de deportación de «personas trasladadas hasta el otro lado de la frontera en autobuses donde también viajaban decenas de personas esposadas con bridas de plástico que, al parecer, estaban siendo igualmente deportadas».

En este sentido, ha mencionado el caso de Qasim, de 39 años y padre de familia en Alepo, que estuvo seis días recluido en una comisaría de Konya donde, según los informes, los agentes le dijeron: «Puedes elegir: uno o dos meses, o un año, en la cárcel… o te vas a Siria».

«Toda interacción con policías o funcionarios de migración turcos, como una entrevista para renovar documentos válidos o un control de identidad en la calle, parece poner en riesgo de detención o deportación a las personas refugiadas de Siria», ha denunciado la organización de defensa de los Derechos Humanos.

Shea ha recalcado que «las autoridades turcas deben dejar de hacer devoluciones a Siria y garantizar que toda persona deportada puede volver a entrar en Turquía en condiciones de seguridad y tener acceso a servicios básicos».

«En lugar de dedicar esfuerzos a mantener a la gente solicitando asilo desde sus territorios, la Unión Europea y el resto de la comunidad internacional deben redoblar sus compromisos de reasentamiento de personas refugiadas sirias desde Turquía», ha explicado.

DETENIDOS Y DEPORTADOS

Por su parte, HRW ha denunciado que las autoridades de Estambul y de Antakia han detenido de forma arbitraria a decenas de sirios de enero a septiembre de 2019 a los que luego han deportado al norte del país vecino a pesar de ser una zona «con hostilidades activas».

«Los sirios deportados han dicho que las autoridades turcas les han obligado a firmar documentos que no les dejaban leer, en algunos casos pegándoles o amenazándoles, para luego transportarles a Siria», ha asegurado.

La ONG ha contado el caso de quince sirios con los que ha contactado y que han contado que estuvieron detenidos hasta seis semanas antes de que las autoridades turcas les deportaran. «A pesar de las leyes turcas que garantizan la representación a cualquiera que vaya a ser deportado, solo una personas entrevistada dijo que tuvo un abogado que impidió su deportación», ha contado HRW.

La ONG ha recordado que Turquía está obligada por la legislación internacional a no deportar a refugiados sirios en contra de su voluntad. «Turquía no debería usar la violencia o la detención para coaccionar a personas a volver a lugares en los que pueden resultar heridas. Esto incluye a los solicitantes de asilo sirios, que tienen derecho a una protección automática de acuerdo con la legislación turca, incluidos aquellos a los que se les ha impedido registrarse para la protección temporal desde finales de 2017», ha concluido.

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