Un centenar de nostálgicos franquistas se dirige con rezos a la puerta de Mingorrubio tras el permiso judicial
Un centenar de nostálgicos franquistas que se concentraba custodiados por la Policía a unos 300 metros del cementerio de Mingorrubio donde este jueves han sido trasladado los restos de Franco se han dirigido en comitiva y con rezos, pasadas las 15.30 horas, hacia la entrada principal del camposanto situado en El Pardo.
La comitiva estaba encabezada por un cura con sotana y micrófono que iba rezando un Padre Nuestro y el Rosario, mientras que algunos de los presentes, custodiados por la Policía Nacional, lanzaban vivas a Franco. Portaban algunas banderas preconstitucionales y, al cruzarse con Francis Franco, nieto del dictador, han aplaudido y gritado: «¡No estáis solos!»
Poco antes, el abogado de la Asociación Reivindicativa Memoria Histórica Raíces, Francisco Zaragoza, había denunciado ante los medios de comunicación que la Policía Nacional no les dejaba pasadas las 15.30 horas concentrarse frente al cementerio de Mingorrubio.
La asociación Raíces es junto a la Fundación Francisco Franco la que ha recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) la decisión de la Delegación del Gobierno de prohibir la concentración en la puerta del cementerio al que han sido trasladados los restos de Franco tras 44 años en el Valle de los Caídos.
El TSJ de Madrid ha anulado a última hora de la mañana las resoluciones de la Delegación del Gobierno que prohibían concentraciones convocadas para este jueves en el cementerio de Mingorrubio de El Pardo en protesta por la exhumación e inhumación del dictador.
Durante toda la mañana, media decena de furgonetas de la Policía prohibían desde las afueras del camposanto el acceso al interior de personal ajeno a la familia y de la comitiva dispuesta por el Gobierno. El cordón policial tenía previsto levantarse sobre las 17.00 horas.
El abogado de la asociación Raíces ha insinuado que el retraso en dejarles acercarse al cementerio tenía motivaciones políticas, calificando de «ilegalidad» la decisión de la Delegación del Gobierno de no permitir concentraciones.