Las terapias asistidas con animales ayudan a más de 900 niños y 300 adultos

Más de 900 niños y 300 adultos a la semana participan en programas de actividades y terapias asistidas con animales apoyados por Bayer, según datos de la compañía, que ha conmemorado hoy el 20 aniversario de su programa de responsabilidad social corporativa (RSC) del área Animal Health, centrado en apoyar diferentes programas de intervenciones asistidas con animales, cuyos pacientes son, entre otros, niños con autismo y ancianos con Alzhéimer.

Para conseguirlo, Bayer colabora con asociaciones como Dogtor Animal y Fundación Acavall, CTAC, Escan, Yaracán y TAT Garotxa, cuyo principal objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas a través de la interacción y el vínculo que se establecen con los animales.

Vanessa Carral, psicóloga y codirectora de Dogtor Animal, ha explicado los beneficios de este tipo de terapia, ya que «un animal abre ventanas donde todas las puertas están cerradas». Añade que, en muchas ocasiones, los psicólogos persiguen «poner el foco en las limitaciones para rehabilitarlas», mientras que los animales tienen la capacidad de «poner el foco en las posibilidades», y a partir de ahí «empezar a trabajar en esas limitaciones, pero dando un rodeo desde lo amable, lo instintivo que proporciona un animal en un tratamiento terapéutico».

Son tratamientos extensibles a cualquier persona en cualquier momento de su vida como, por ejemplo, alguien que atraviese una depresión endógena o problemas de ansiedad.

Asimismo, también se usa en bebés con problemas y en personas con diversidad funcional. Como ha señalado Carral, en muchas ocasiones estas sesiones consisten simplemente en «abrazar a los perros de intervención» para «abrir el armario de emociones que tantos años lleva cerrado». De esta forma, los animales hacen que las herramientas que se trabajan en una terapia sean más «prácticas» y «claras», haciendo que los pacientes sean más «proactivos» en su tratamiento.

Sobre ello ha hablado Lina, paciente con diversidad funcional, quien ha afirmado que estas terapias son «maravillosas» y que hacen «olvidar todo lo malo» a través de sus ejercicios.

Por otro lado, Naza Hernández, cofundadora y presidenta de la Fundación Acavall, ha querido resaltar la importancia de la interacción humano-animal, apuntando, también, que estas terapias generan «muchos gastos», en muchas ocasiones «inasumibles» para la mayoría de familias con alguna persona con diversidad funcional, por lo que, desde su organización, están «luchando para que todas las personas puedan acceder sin que la falta de recursos económicos suponga un límite».

Bayer también colabora con Biodogtor, una asociación cántabra que, junto con el servicio de oncología del hospital de Valdecillas y el Instituto de Investigación de Cantabria, están llevando a cabo el proyecto Huella Olfativa del Cáncer . Así, trabajan con perros educados para identificar ciertos olores con los que son capaces de detectar de forma precoz el cáncer de colon y de pulmón.

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