Un informe interno de la UNRWA detalla presuntos abusos de poder por parte de la dirección
Un informe interno de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) difundido este martes detalla supuestos abusos de poder registrados en el seno del equipo directivo de la organización.
Tras analizar el testimonio de decenas de trabajadores y miembros del personal de la UNRWA, el documento cita «indicios creíbles y corroborados» de que los miembros de un «círculo interno» de la cúpula de la agencia habrían «abusado de su autoridad para la obtención de beneficios personales, reprimido la disidencia y alcanzado de otro modo sus objetivos personales».
El informe alega que el «círculo interno» en cuestión está formado por el comisionado general, Pierre Krahenbuhl, la comisionada general adjunta, Sandra Mitchell, que renunció a su cargo a finales de julio, el jefe de personal, Hakam Shahwan, que dejó la agencia a principios de julio, y la asesora principal del comisionado general, Maria Mohammedi.
El documento señala que la presunta conducta de los individuos presenta «un enorme riesgo para la reputación de la ONU» y que «su eliminación inmediata debe ser considerada cuidadosamente».
Según ha informado la cadena de televisión Al Yazira, que ha tenido acceso a una copia del documento, los trabajadores han expresado su preocupación ante la falta de acción después de que se enviara el informe a la oficina del secretario general de la ONU, António Guterres.
La ONU, por su parte, ha abierto una investigación al respecto. «Se está realizando una investigación de las denuncias contenidas en el informe que menciona. Hasta que se complete esta investigación, el secretario general no está en posición de hacer más comentarios sobre este asunto», subraya la organización en un comunicado.
CONCENTRACIÓN DE PODER
El informe asegura que los miembros del círculo interno «se han visto involucrados en malas conductas, nepotismo, represalias… y otros abusos de autoridad».
En este sentido, sostiene que, desde 2015, estas personas han consolidado su poder de manera constante, lo que ha llevado a un «declive de la administración». La situación se habría intensificado notablemente desde principios de 2018.
La supuesta escalada habría coincidido con las consecuencias de la decisión de Estados Unidos, históricamente el mayor donante individual de la agencia, de reducir sus contribuciones de 360 millones de dólares a 60 millones para 2018 y a cero en 2019, lo que provocó una crisis de financiación en la UNRWA.
El texto afirma que la crisis de 2018 «sirvió de excusa para una concentración extrema del poder de toma de decisiones de los miembros», por lo que se hizo un mayor desprecio «hacia las reglas de la agencia y los procedimientos establecidos, con la excepcionalidad convirtiéndose en la norma».