Director del CSIC-INTA ve «probable» que la vida surgiera «a la vez» en la Tierra y Marte
El director del Centro de Astrología (CSIC-INTA), José Miguel Mass Hesse, ha afirmado que en los primeros mil millones de años de evolución del Sistema Solar las condiciones en la Tierra y Marte eran «muy parecidas», por lo que es «probable» que surgiera la vida «más o menos a la vez» en ambos entornos.
Según ha explicado Mass Hesse en una rueda de prensa con motivo de la inauguración del curso Astrobiología: de la formación del Universo al origen de la Vida en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en esta época, en Marte «había océanos» y «atmósfera» y la temperatura «estaba por encima de los 0 grados centígrados».
Sin embargo, el científico ha apuntado que hace más o menos 3.500 millones de años el núcleo de Marte, al ser un planeta más pequeño, «se enfrió», pasó a ser «sólido» y perdió el campo magnético por lo que la radiación solar «barrió la atmósfera» y lo convirtió en un espacio «estéril» y «seco», tal y como lo conocemos hoy en día.
Por ello, a su juicio, si hubo vida en Marte antes de ese «punto de corte» hace 3.500 años, esa vida «pudo haber evolucionado en el subsuelo» o en «grutas y cavernas» pero, según ha afirmado, se trataría de «seres unicelulares muy simples».
En la rueda de prensa ha estado también presente el profesor del programa de astrobiología de la Universidad de Washington en Estados Unidos, Rory Barnes, quien, preguntado por el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna ha señalado que «hay planes para pensar cómo es posible regresar a la Luna» y «después a Marte».
Además, Barnes ha matizado que la Luna, al estar «mucho más cerca» puede servir para «practicar» para después poder plantear una expedición a Marte. No obstante, el científico ha lamentado que esto «no está claro» debido a la actual Administración presidencial de EEUU y las próximas elecciones. «Hay que ver qué pasa, porque no está claro. Hay muchos cambios», ha aseverado.
En este sentido, Mass Hesse ha añadido que existen «planes previstos» para mandar una nave sin tripulación a la Luna «el año que viene» y que se espera que, para 2024 o 2025, «la próxima nave tripulada americana-europea pueda ir a la Luna». A partir de ese momento, según ha relatado, «se va a construir una estación lunar».
Por otro lado, el científico ha explicado que el objetivo del curso, que tendrá lugar a lo largo de esta semana en la UIMP, será el de estudiar y conocer cómo se forman las moléculas complejas que cayeron «en forma de meteoritos» a la Tierra y que fueron «los precursores de la vida».
Además, durante esta semana los ponentes y alumnos del curso tratarán de dilucidar si esto «pudo pasar en otros planetas para la formación de vida en el comienzo de los tiempos».
Para ello, los alumnos llevarán a cabo unos proyectos que presentarán este viernes basados en los descubrimientos que se producen mediante el análisis de radiotelescopios con los que los científicos son capaces de identificar las moléculas que componen los distintos cuerpos espaciales como los meteoritos o los cometas.