Un estudio evidencia que la soledad transitoria también tiene efectos dañinos para la salud
La soledad transitoria, al igual que la crónica, tiene efectos dañinos para la salud, según ha evidenciado un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y del grupo de José Luis Ayuso del CIBERSAM, publicado en Psychology and Health y en el que se han analizado a 2.390 personas de toda España.
Ya se sabía que la soledad se asocia a un peor estado de salud, si bien hasta ahora hay muy pocos estudios que hayan identificado cómo varía a lo largo del tiempo la salud de personas que experimentan distintos patrones de soledad, específicamente, soledad transitoria y soledad crónica.
A través de un cuestionario para medir soledad, los investigadores definieron dos patrones: crónica, si las personas presentaban sentimientos de soledad en ambos momentos del estudio; y transitoria, si solo informaron sentirse solas en uno de los dos periodos analizados.
Además, los participantes tuvieron que responder a preguntas relacionadas con su salud, así como realizar diversas pruebas físicas y cognitivas que incluyeron fuerza de agarre, rapidez al caminar, memoria verbal inmediata y diferida, entre otras.
Un cuarto de los participantes informó experimentar sentimientos de soledad al comienzo del estudio. En este sentido, los científicos comprobaron que tanto las personas que sufrieron una soledad transitoria, como aquellas afectadas de soledad crónica tenían, tres años después, un peor estado de salud, en comparación con aquellas personas sin sentimientos de soledad.
No obstante, los científicos comprobaron que las personas con soledad crónica tenían el peor estado de salud, tanto al comienzo del estudio como en el seguimiento. Los mismos resultados se obtuvieron incluso teniendo en cuenta la depresión, la cual se confunde con la soledad en numerosas ocasiones.
«Las personas que experimentan una soledad transitoria, relacionada con eventos como la jubilación o la viudez, pueden mejorar gracias a la adaptación a sus nuevas circunstancias y al incremento de actividades lúdicas y sociales. Por su parte, aquellos que sufren una soledad crónica pueden necesitar herramientas procedentes de la terapia cognitiva para combatir la pérdida de control percibido causada por la soledad mantenida a lo largo de los años», han dicho los expertos.