Una inyección podría acabar con los efectos secundarios del tratamiento de cáncer de cabeza y cuello avanzado

Investigadores de la Universidad de Purdue, en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana (Estados Unidos), han creado una nueva formulación de quimiorradioterapia que predicen que debería ser aún más efectiva que la disponible comercialmente. Su inyección no produce efectos secundarios porque todas sus toxinas permanecen dentro de los tumores, en lugar de filtrarse al torrente sanguíneo y dañar a todo el cuerpo.

En las etapas avanzadas del cáncer de cabeza y cuello, uno de los mejores tratamientos es tan agresivo que podría provocar caries, pérdida del habla, náuseas constantes o todo lo anterior. Esto se debe a que el tratamiento combina dos terapias (quimioterapia y radiación), lo que significa el doble del poder de matar el cáncer, pero también el doble de los efectos secundarios.

El nuevo estudio, publicado en la revista Journal of Controlled Release , muestra que la formulación tiene éxito en experimentos de cultivo de células cancerosas, modelos animales in vivo y simulaciones matemáticas de datos de pacientes. Más adelante, los investigadores pretenden probar la formulación en perros que naturalmente tienen cáncer de cabeza y cuello.

«Todas las formulaciones comerciales anteriores no están optimizadas para la liberación directa en el tumor bajo radiación. La nuestra tiene más control y también podría aplicarse a cualquier tipo de tumor sólido, como los de mama, próstata, pulmones o hígado», explica el autor principal del trabajo, You-Yeon Won.

La inyección, diseñada para ser administrada a un tumor a través de una aguja larga de jeringa, es una cápsula que contiene un medicamento de quimioterapia y nanopartículas, compuestos diminutos que sensibilizan a las células cancerosas a la radiación, haciéndolas más fáciles de matar.

Una vez inyectadas en el cuerpo y activadas por la radiación de rayos X, las nanopartículas producen luz ultravioleta, abriendo la cubierta de la cápsula para que el medicamento de quimioterapia se libere rápidamente en un tumor. El recubrimiento es biocompatible y está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

El medicamento permanece en el tumor al menos un mes, mucho más tiempo que el umbral terapéutico mínimo, y su concentración fuera del tumor permanece muy por debajo de un umbral tóxico. Debido a que las toxinas del fármaco no se filtran mucho del tumor, no dañan otras células, lo que significa que prácticamente no habría efectos secundarios. La radiación tampoco se está propagando a través de otros tejidos, causando problemas como caries dentales, porque las nanopartículas la mantienen dirigida a las células cancerosas.

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