La venta del 5% de Corporación Financiera Alba genera plusvalías de 90 millones para Banca March
Banca March se deshizo el pasado 20 de diciembre de un 5% de su participación del 20,02% en Corporación Financiera Alba, por un importe de 121,7 millones de euros con unas plusvalías individuales brutas de 89,75 millones de euros que se registraron con cargo a reservas en su patrimonio neto consolidado, según consta en el informe anual de la entidad remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los accionistas de Banca March acordaron a su vez dejar sin efecto la cláusula relativa a Corporación Financiera Alba contenida en el pacto de sindicación sobre las acciones de la entidad de las que son titulares y que componen la totalidad del capital social del mismo.
Estas información, adelantada por el diario Expansión , evidencia la pérdida de control de Corporación Financiera Alba por parte de Banca March, por lo que se procedió a reclasificar la participación por su coste de entidad dependiente a entidad asociada .
La pérdida de control ha supuesto la baja del balance consolidado de los activos, pasivos, intereses minoritarios y otras partidas reconocidas en ajustes de valoración aportados por el subgrupo a la fecha de baja, así como el registro del valor razonable de la contraprestación recibida y de la inversión remanente.
Esto ha generado una pérdida por importe de 271,15 millones de euros en la cuenta de pérdidas y ganancias consolidada. Asimismo, ha dado lugar a un fondo de comercio negativo por importe de 240,32 millones d euros.
La entidad comunicó en su momento que conservaría el 15,02% de Corporación Financiera Alba y que su integración por puesta en equivalencia permitiría, en la publicación de cuentas, observar más fácilmente el desarrollo «sobresaliente» de su negocio bancario, que se ha triplicado desde 2016.
Banca March inició en mayo de 2016 un proceso de transformación fundamentado en un plan estratégico para el periodo 2017-2019. Su consejo de administración aprobó entonces una nueva estructura organizativa para avanzar en la consolidación del modelo de negocio especializado, que afectaba a áreas como tecnología, digitalización, sistemas de información y operaciones y procesos, en las que la entidad debía subsanar deficiencias para afrontar el nuevo trienio.
Asimismo, creó las áreas de productos y calidad y llevó a cabo una revisión de las propuestas de valor de las áreas especializadas, así como una reestructuración y renovación de equipos para garantizar que contaba con los perfiles profesionales necesarios para acometer el reto estratégico.
El último paso en este proceso de transformación y profesionalización era el cambio de criterio de consolidación de Corporación Financiera Alba como consecuencia de la normativa de Basilea III.
El nuevo criterio (puesta en equivalencia) permite dar más transparencia e independencia a las dos entidades afectadas, que siempre se han gestionado de manera independiente, pero cuya integración global, método usado hasta ahora, provocaba una interdependencia.