Revilla y Díaz Tezanos llaman a reconocer la contribución de la mujer rural al progreso de Cantabria
El presidente y la vicepresidenta participan en el acto de homenaje a las mujeres de la comarca del Alto Asón organizado por la Mancomunidad
El presidente regional, Miguel Ángel Revilla, y la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos, han hecho un llamamiento a reconocer la contribución de las mujeres, muy especialmente las rurales, al progreso y el bienestar de Cantabria en el transcurso del homenaje que la Mancomunidad del Alto Asón ha rendido este jueves en Ramales de la Victoria a varias mujeres de la comarca, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Revilla ha asegurado en su intervención que Cantabria «ha sido y sigue siendo un matriarcado» y es hoy lo que es gracias al trabajo de las mujeres rurales, que tantos sacrificios han realizado, en condiciones muy difíciles, para sacar adelante las familias, el ganado y los pueblos.
«Los que han levantado este país y esta región son los mayores y, muy especialmente, las mujeres», ha dicho el presidente, que se ha postulado nuevamente a favor de «blindar» las pensiones de acuerdo con la subida del IPC, equiparar las pensiones de viudedad al resto de prestaciones y procurar a los mayores todos los cuidados que necesitan.
Finalmente, ha felicitado a las cinco homenajeadas en la tarde de hoy (Emilia López, Soba; Manuela Barquín, Arredondo; Rosa Pérez, Ruesga; Juana Media, Soba, y Azucena Larrea, Rasines) por el «ejemplo» de vida que representan para las nuevas generaciones y también a la Mancomunidad del Alto Asón por organizar cada año este reconocimiento a las mujeres de la zona.
Por su parte, Eva Díaz Tezanos ha señalado la importancia de dar visibilidad a las mujeres del mundo rural y ha asegurado que «es una obligación moral y ética devolverlas todo lo que nos han dado, tomarlas como referencia y garantizar sus derechos».
También ha dirigido su felicitación a las distinguidas este año, mujeres todas ellas «a quienes la infancia les marcó muchísimo, que han sacado lo mejor de las vivencias que han tenido, que son un ejemplo para las que venimos por detrás y a quienes no se les ha puesto nada por delante».
La gala ha tenido lugar en el salón de actos de la Fundación Orense, abarrotado para la ocasión de familiares y amigos de las premiadas, y también ha contado con la presencia, entre otros, del presidente de la Mancomunidad Alto Asón y alcalde de Ramales de la Victoria, César García, y sus homólogos de Arrendondo, Leoncio Carrascal; Ruesga, Jesús Ramón Ochoa; Soba, Julián Fuentecilla, y Rasines, Jaime Bonachea, que han hecho entrega de un obsequio conmemorativo a las mujeres galardonadas de sus respectivos municipios.
El acto ha servido, asimismo, de presentación de la Oficina de la Mujer Alto Asón, que ha entrado en funcionamiento recientemente.
HOMENAJEADAS
En esta ocasión, la Mancomunidad del Alto Asón ha querido homenajear a cinco mujeres de los municipios que integran la comarca por su trayectoria vital y representar las costumbres y valores de la zona.
Como hermana mayor de seis hermanos, Emilia López, más conocida como Miliuca (Villar de Soba, 1950), tuvo que hacerse cargo de su cuidado desde bien joven. A lo largo de su vida ha realizado con humildad, esfuerzo y dedicación todo tipo de trabajos, entre los que destaca regentar un bar, que tan solo ha cerrado 21 días en 51 años, y la limpieza del cementerio de Gibaja.
Manuela Barquín Lita (Bustablado de Arredondo, 1922) recuerda con especial añoranza su infancia, en la que ayudó, junto a sus otros seis hermanos, a sus padres en el bar-tienda que regentaban. A sus 97 años, es una mujer vivaz que disfruta de las pequeñas cosas y que camina cada día un kilómetro y medio.
El asesinato de su padre al comenzar la Guerra Civil marcó la vida de Rosa Pérez (Matienzo de Ruesga, 1924) a los 12 años. Al faltar su padre y ser la mayor de los hermanos, tuvo que dejar la escuela y comenzar a trabajar en la ganadería para sacar adelante a su familia.
Juana Media (Valcaba de Soba, 1939) nació en el seno de una familia humilde de ganaderos y desde pequeña ha trabajado duro en el campo y en los quehaceres de la casa. Positiva y enérgica por naturaleza, alternó su trabajo con algunas de sus aficiones y participó de forma activa en la Asociación de Jubilados de Soba, de la que fue cofundadora y presidenta durante varios años.
Azucena Larrea (Rasines, 1947) ha sido madre de cinco hijos, todos nacidos en casa con ayuda de un matrón. Ha dedicado su vida a las labores domésticas, el cuidado de sus hijos y el duro trabajo en el campo.