Abascal dice que el no de Rivera a Vox en Andalucía «pone en riesgo el cambio» y es un insulto a sus votantes
TERUEL, 13
El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha afirmado este jueves que la negativa del líder de Cs, Albert Rivera, a pactar con este partido en Andalucía «pone en grave riesgo el cambio», la «alternativa política» en aquella región y supone que «la veleta naranja» está «insultando» a los 400.000 andaluces que han votado la candidatura de Vox en las recientes elecciones autonómicas.
Ha lamentado que Rivera diga que «Vox fuera» y pida la abstención del PSOE cuando se vote la investidura del nuevo presidente andaluz, aseverando que el precio de esa abstención será «la impunidad» de los socialistas, que «no se levanten las alfombras ni se abran las ventanas», a lo que ha añadido que este es «un precio que no vamos a pagar».
Abascal ha llenado esta tarde un salón del Palacio de Exposiciones y Congresos de la ciudad de Teruel, con 300 asientos que han ocupado afiliados y simpatizantes de esta provincia, también de Zaragoza, Valencia y Castellón, rebasando la capacidad de la sala, ya que numerosos asistentes han permanecido de pie y aun fuera de la misma, escuchando las intervenciones con las puertas abiertas. Han acudido representantes de la asociación profesional de las Fuerzas de Seguridad Jusapol y también de los sindicatos de prisiones, así como de ASAJA.
En un acto lleno de banderas nacionales y en el que, al concluir, todos han escuchado en pie un fragmento del himno de España, Santiago Abascal ha negado las acusaciones de populismo vertidas este jueves –y en otras ocasiones– por Rivera, observando que el líder de Cs es el populista porque «se pone de perfil» en algunos asuntos y varía su opinión en función de las encuestas, poniendo el ejemplo de la prisión permanente revisable.
«Ya nada es igual» después de la «sorpresa» de las elecciones andaluzas, ha considerado Abascal, quien ha explicado que «el secreto» es que Vox «no pide papeletas verdes, sino rojigualdas» y así «ha conseguido despertar a jóvenes y mayores, a mujeres y hombres, a la España urbana y rural».
El líder de Vox ha aludido a la creciente atención mediática que recibe este partido, desde hace un año, cuando no cubría sus mítines «ni un medio de comunicación» aunque «se llenaban» los actos hasta el gran acto de Vistalegre, celebrado el pasado otoño, cuando «se produjo la gran sorpresa», tiempo en el que ha pasado de tener 3.000 afiliados a los 21.500, lo que ha propiciado, ha dicho, la obtención de 12 escaños en Andalucía, tras lo que «hoy sin Vox no se puede expulsar al PSOE» de aquella región.
SUSTO ELECTORAL
De esta forma, «Vox ha conseguido lo que nadie esperaba: que el PSOE, después de 36 años de corrupción y clientelismo, pudiera dejar de gobernar Andalucía», criticando por igual a quienes han hecho una «oposición inútil» durante el mismo tiempo -en referencia al PP– y –por Cs– a «la muleta naranja de Susana Díaz», sin que ni unos ni otros se plantearan «que podía haber una alternativa a la corrupción socialista y el comunismo chavista». El verdadero populismo es propio de «aquellos que van cambiando de opinión según sople el viento», ha agregado.
Mientras tanto, «otros muchos que estaban lejos de la política han conseguido movilizarse y han dado un susto, solo un pequeño susto al lado de lo que les está por llegar», ha dicho Abascal, asegurando que Vox puede ganar las elecciones europeas de mayo de 2019. Así, «estamos a punto de hacer algo importante en España» de forma que tras las elecciones europeas «tendremos la llave del Palacio de La Moncloa», ha opinado.
En este contexto, «Vox tiene que distinguirse de los demás partidos en que ha venido a servir a los intereses generales de España», ha aseverado, manifestando que el cambio ocurrido en Andalucía «no ha ocurrido por casualidad», sino por este motivo.
Ha llamado la atención sobre «la alerta violenta de Pablo Iglesias –tras los comicios andaluces– lanzando a miles de indocumentados diciendo barbaridades» en los mítines de Podemos, tras lo que ha mencionado las amenazas en Murcia al dirigente de Vox, José Antonio Ortega Lara. También ha criticado a Manuel Valls (Cs) por pedir que se ponga un «cordón sanitario» a Vox, retando al plantear que «si tienen algo contra nosotros, que acudan a los tribunales, lo que nosotros hacemos». Ha mencionado la «agresividad» y «falta de ética» de quienes «no mueven un dedo» ante el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, exigiendo su detención y puesta a disposición judicial para que ingrese en prisión preventiva.
Santiago Abascal ha apelado al patriotismo de los asistentes, obteniendo el aplauso en reiteradas ocasiones, elogiándolos al afirmar que han acudido al acto público «por los compañeros que hace cinco años nos levantamos para ofrecer una alternativa», no «por unas siglas», sino porque Vox es «un instrumento político al servicio de España», mientras que otros partidos llenan sus mítines con «los que tienen contratados» ya que «no despiertan la ilusión de los españoles y nadie confía en ellos».
Se ha quejado de que «hay una serie de medios intentando escrutar la vida pasada de todos los miembros de Vox» y ha avisado de que «van a publicar mucha basura, mentiras, insidias» y «van a analizarnos como si fuéramos a formar parte del Consejo de Ministros pasado mañana», añadiendo que «igual es cierto». COHERENCIA
Ha puesto de relieve la «coherencia» de este partido frente a políticos que «han dejado de ser nacionales» y «tienen un discurso en función de la semana y la provincia que visitan» y ha hecho notar que «Vox no cambia de discurso» y rechaza el «injusto» concierto económico en los actos públicos que realiza en el País Vasco y defiende un Plan Hidrológico Nacional dirigido tanto a los regantes de Aragón como de otras regiones; «vamos a Madrid y Lérida y criticamos el Estado de las Autonomías en ambos lugares y en Lérida decimos Lérida y en Gerona, Gerona».
Precisamente, ha opinado, «ese discurso nacional es lo que le falta a España después de tantos años de egoísmo, de las autonomías», reivindicando así su «claridad de discurso», que ha opuesto al «lenguaje resbaladizo, críptico, el politiqués» de «progres, opinadores y tertulianos», quienes «nos decían que no se podía pensar». Así, se ha dirigido a sus afiliados y simpatizantes para decirles que «no tenéis que pedir perdón por defender el interés de la patria y exigir la libertad frente a políticos que no hacen más que quitárosla con impuestos y legislaciones».
«El secreto del éxito» de Vox es también su «perseverancia», ha continuado Abascal, así como su «coherencia y claridad», agregando que no le importa que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, «haya empezado a hablar de que Gibraltar es español, aunque lo haga penosamente» o que el PP «empiece a decir que hay que recuperar la competencia de Educación para el Estado» o Podemos diga que la caza es «esencial» para Extremadura.
Así, el presidente de Vox ha celebrado que «hemos conseguido marcar el discurso político del resto de partidos», de manera que «podemos tener un apoyo electoral mayor o menor», pero «ya estamos ganando» porque se están poniendo sobre la mesa algunos asuntos que «se querían proscribir». Abascal ha avisado de que «nos ponemos sus insultos como medallas en el pecho», en alusión a las críticas por su defensa de la tauromaquia o su rechazo a los impuestos «confiscatorios».