OCDE dice que un déficit del 2,1% no hará «desacarrilar» a España, que seguirá creciendo aunque no haya PGE
Gurría pide reformas las pensiones para evitar «una generación de pobres viejos» y dice que la subida de SMI en Alemania no destruyó «ni un solo empleo»
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría, ha destacado este viernes que España «está navegando mejor» en la ralentización de la economía en Europa y en otros países del mundo y que le va «bien» porque crea medio millón de empleos al año y ha reducido notablemente su déficit en los últimos ejercicios, por lo que cree que España «no va a descarrilar» si el objetivo de déficit se desvía al 2,1% en 2019 como prevé Bruselas y que «seguirá adelante» si no hay Presupuestos.
Así lo ha señalado Gurría durante su intervención en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, después de que su organización redujese el pasado miércoles sus previsiones de crecimiento para España en dos décimas, hasta el 2,6% para este año, y al 2,2% para 2019.
Gurría ha querido minimizar la rebaja de previsiones, ya que la economía española se ve impactada por la ralentización de la economía internacional, en un contexto además en el que la OCDE ha rebajado en cinco décimas su previsión de crecimiento para el mundo, hasta el 3,5%, y en cuatro décimas la de Europa.
«España tiene que tener impacto de la ralentización del comercio y de la economía mundial porque está inserta en Europa y en el mundo, tiene que tener algún impacto», ha apuntado Gurría, quien, no obstante, ha aseverado que «le están yendo mejor las cosas», ya que crea medio millón de empleos al año y ha reducido su tasa de paro del 28% al 14%.
En cuanto al déficit público, ha valorado que el debate se centre en si el próximo año España registrará un desajuste del 1,8% o del 2,1% , ya que hace apenas seis años presentaba una nivel del 10,5% del PIB.
«Nos estamos rasgando las vestiduras por una revisión de dos décimas, que es menor», afirmó Gurría, que ha sido presentado en el acto por la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, con quien ha compartido la importancia de conseguir un crecimiento «inclusivo» y reducir el desempleo, que sigue siendo «muy alto», con otro «inaceptablemente alto» porcentaje de contratos temporales.
Respecto a la deuda pública, ha señalado que el nivel del 98% del PIB que presenta España se sitúa «en el promedio de los países de la OCDE», si bien cree que en el caso de España los mercados «tienen mucha menos paciencia y tolerancia».
Para Gurría, los supuestos del Gobierno recogidos en el plan presupuestario son «razonables», por lo que la OCDE estima también que el déficit podría cerrar en torno al 1,8% el próximo año, aunque cree que España «no va a descarrilar» si el objetivo se desvía al 2,1%. Así, ha pedido dar «espacio» al Gobierno para plantear su proyecto económico, aunque ha avisado que el organismo hará los «apuntes necesarios» si es necesario.
Además, sobre los Presupuestos de 2019, ha apuntado que las cuentas públicas se hacen «para ser aprobadas, no para generar debates», si bien ha opinado que aunque su aprobación es «importante», su ausencia no es algo que vaya a paralizar la economía, ya que «los empresarios siguen funcionando» y «el país sigue adelante».
«NO DESCUIDAR LO SOCIAL»
Además, Gurría ha defendido que el Gobierno no puede dedicarse solo a bajar el déficit y la deuda, sino que «tiene que tener una consideración equilibrada en términos de ir acompañando esfuerzos para tener equilibrios entre unas mejores finanzas públicas y la estabilidad social», ya que «no hay que descuidar lo social», coincidiendo así con las directrices básicas de la política económica del Ejecutivo.
De hecho, Calviño ha remarcado la necesidad de un crecimiento «inclusivo» y ha aseverado que la agenda de la OCDE coincide «absolutamente» con las prioridades políticas del Gobierno a la hora de conseguir un crecimiento «justo» y «sostenible» a nivel económico, social y medioambiental. Calviño ha abogado por impulsar el crecimiento a través de la modernización del sistema productivo, para lo que ha asegurado que en el Gobierno están «dispuestos» a abordar reformas sostenibles.
El Ejecutivo, ha añadido, trabaja en una triple vertiente que pasa por la disciplina presupuestaria, las políticas sociales y una agenda de reformas estructurales en materia de educación, transición energética y revolución digital.
REFORMAS, PENSIONES Y SALARIO MÍNIMO
Pese a las coincidencias con el Gobierno, Gurría ha puntualizado que no significa «autocomplacencia», sino «una palmada a la espalda cinco segundos» y «a trabajar», por lo que ha subrayado que España debe hacer su «propio esfuerzo» para reducir el déficit, invertir más en I+D desde el ámbito público y privado, y destinar más recursos a la formación de trabajadores, así como aumentar su productividad y «revisar el tema bancario».
En cuanto a las pensiones, ha alertado de que se corre el riesgo de que en el futuro haya una «generación de viejos pobres». «No podemos permitirnos eso en Europa», ha enfatizado Gurría, quien ha insistido en la necesidad de reformar el sistema de pensiones, de forma que las medidas se dirijan a la «expectativa de vida», y no a la edad concreta de jubilación que, ha recordado, en algunos países es hasta ilegal.
En esta línea, ha avisado de las «terribles presiones» a las que están sometidas las pensiones, como el aumento de la esperanza de vida o las dificultades de los fondos de inversión de obtener rentabilidad para sus inversiones en un contexto de tipos bajos de interés.
También ha recordado que el sistema de pensiones español se configuró hace 60 años cuando la gente «se jubilaba a los 60 y moría a los 65 años», mientras que ahora fallece a los 85 años y lleva a una situación económica «insostenible».
Por ello, ve «absolutamente indispensable» el Pacto de Toledo y ha mostrado la disposición de la OCDE a compartir sus estudios y proyecciones sobre el sistema para hallar soluciones.
Sobre el aumento del Salario Mínimo a 900 euros en 2019 previsto por el Gobierno, Gurría ha defendido que debe situarse entre el 50% y el 60% de los salarios medios, porque de otra manera se generan desincentivos a la creación de empleo.
A este respecto, ha apostillado que apoyó el aumento del SMI en Alemania y, una vez efectuado, se comprobó que «no se perdió ni un empleo», tras recordar que la subida del 22% prevista por el Gobierno español era un ajuste «necesario» que «no va a ocurrir todos los años».