Alfonso Guerra: «La sanidad pública es muy buena, pero no puede prescindir de la privada»
El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra ha resaltado este viernes que, pese a que la sanidad pública española es «muy buena» y los españoles deben sentirse «muy orgullosos» de ella, no puede renunciar a la «parte privada de la medicina, que está embricada absolutamente en la pública».
Así se ha pronunciado Guerra durante la conferencia inaugural de la VI Convención de la Profesión Médica, que la Organización Médica Colegial (OMC), entidad que engloba a todos los colegios de médicos españoles, celebra este viernes y sábado en Madrid.
El exdirigente socialista, como «impulsor de la Ley General de Sanidad y, con ella, toda una reforma de la Sanidad española muy centrada en la salud pública», tal y como ha recordado el presidente de la OMC, Serafín Romero, ha sido el encargado de abrir el congreso, en una comparecencia en la que ha reflexionado sobre la situación de la sanidad española cuando accedió al cargo o los retos que aún tiene por delante.
«La sanidad fue un elemento central (de la Transición), de manera que, como enuncia el preámbulo de nuestra Constitución, que cumple ahora 40 años, todos los ciudadanos del pais tengan derecho a una sanidad publica en una sociedad democratica avanzada», ha expuesto Alfonso Guerra, que ha calificado la Ley General de Sanidad, promulgada en 1986, como «necesaria».
«No solo porque la anterior, de 1944, estaba muy anticuada, si no porque había cosas que entonces no se podían contemplar, como la educación sanitaria, la informática médica, la salud laboral ocupacional, la reforma psiquiátrica o el concepto de salud preventiva. Debíamos movernos hacia la Atención Primaria y la salud preventiva», ha comentado.
«UN EJEMPLO EN EL MUNDO»
A continuación, Guerra ha asegurado que, «con el concurso de todos los agentes, muchos de ellos médicos», la sanidad española «es hoy un ejemplo en el mundo». «Los médicos de España hoy se pueden sentir muy orgullos de lo que han hecho en esta etapa democrática. Hay lagunas y defectos, hay cosas llamativas para el paciente como las listas de espera, pero si hacemos una comparación con la situación de otros países, entonces es una valoración muy favorable», ha resaltado.
Entre las claves de este éxito, ha destacado la relación médico-paciente. «Los poderes públicos, en el terreno sanitario, pueden hacer mucho, pero hay algo que no pueden tocar: la relación médico-paciente, que es la piedra angular de la Sanidad», ha argumentado.
En este sentido, ha añadido que los políticos sanitarios «tienen que meterse allá donde vean lagunas o deficiencias, pero no crear nuevas estructuras, nuevas maneras de gestionar la sanidad o la labor que hacen los médicos». «Hay que favorecer plataformas para crecer, pero no imponer un crecimiento. Las cosas tienen que estar reguladas, pero debe ser una regulación racional», ha justificado Guerra.
A continuación, ha reiterado que la sanidad española es «muy buena», pero que «quien la conoce sabe que no puede prescindir de la parte privada de la medicina, que hoy está embricada absolutamente en la pública». «No es tan privada, sino más bien privada-pública. La sanidad española hay que cambiarla con conversaciones y diálogo, con consenso, pero debemos sentirnos muy orgullosos de lo que tenemos», ha concluido.
Por último, también durante la inauguración, el presidente de los médicos, Serafín Romero, ha resaltado de Guerra que es «una persona que forma parte de la historia de nuesstro país». «No vivió momentos fáciles, pero el tiempo nos permite a todos hablar en el mismo lenguaje: nos sentimos muy orgullos de lo que llevamos a cabo con grandes dificultades», ha señalado.